Perversa e ilusoria fascinación, cúspide de mis deseos más oscuros, mi revoltosa revolución.Mis memorias seguían vivas, a pesar del paso de los años y el desgaste del dolor que provocaban sus recuerdos. Había guardado en mi mente cada peca de su rostro, sus hoyuelos y la combinación perfecta de los colores que formaban el iris de su mirada. Recordaba sus largas pestañas, sus dientes perfectos, e incluso la dulce forma en la que tarareaba.
Lo veía en todas partes, como si su fantasma se negara a abandonarme. Recordaba las risas, los abrazos. Mi mente escarbaba en mis memorias, reviviendo aquellos días de verano, cuando el viento movía mi cabello y sus dedos fríos alisaban mi melena. Estiraba sus labios rojos, regalándome una preciosa sonrisa de dientes chuecos. Él estaba metido en mis entrañas, invadiéndome como un veneno.
Me levanté a las tres de la mañana, presa de una pesadilla recurrente que me perseguía desde niña, en la que quien yacía muerta bajo sus manos ensangrentadas no era su hermana, sino yo. Temblé, atrapada por el horror que me causaba la imagen mental que había diseñado: él asesinando a esa niña.
Miré por mi ventana, entre la penumbra de mi habitación, escondiéndome en las sombras, evitando la luz de la luna. Restregué mis ojos con fuerza, observando melancólicamente la ventana de enfrente. Al menos hasta que vi las cortinas moverse. Mi corazón se aceleró salvajemente. ¿No era posible, verdad? Él estaba en un psiquiátrico y yo comenzaba a ver cosas.
Apreté los puños con expectación, aniquilando la estúpida esperanza de ver su rostro una vez más, como si el destino pudiera concederme esa dicha.
— *"Aquí Dragón, hola flor de luna"* —
Pegué un brinco en mi lugar cuando el viejo radio que compartía con mi primer amor emitió un sonido. Corrí frenéticamente hacia el objeto, encima de mi armario, y lo tomé con las manos temblorosas.
— *Aquí... flor de luna, hola dragón* — murmuré con la voz temblorosa, presionando el botón del radio y soltándolo.
— *"Creí que nunca volverías."*
Fruncí el ceño al reconocer la voz que él tenía cuando éramos niños. O estaba alucinando, o este era un sueño terrible.
— *"Creí que eras parte de mi pasado."* — respondí, sin poder creer lo que oía.
— *"Pero aquí estás, flor de luna. Tú nunca has dejado de soñar conmigo. ¿Es que acaso aún no me sueltas?"*
Los ojos se me llenaron de lágrimas ante su recuerdo.
— *"No volveré a verte. Es lo más sensato."* — afirmé, con la voz rota.
— *"Pero eso no hará que me saques de tus sueños. Bienvenida al pueblo, flor de luna, es hora de despertar."*
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Las sombras del genio.
Mystery / ThrillerMi mente había borrado la línea entre la realidad y lo ilusorio, una forma de protegerme del caos, un estúpido método de supervivencia, un modo de enfrentar el trauma. Él era el ancla a la tierra cuando mi mente salía de órbita. Noreen ha vivido tod...