• Prólogo •

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♨ ᶠⁱᶜ ⁱⁿˢᵖⁱʳᵃᵈᵒ ᵉⁿ "ᴵ ʷᵃⁿⁿᵃ ᵇᵉ ʸᵒᵘʳˢ" ...

I just wanna be yours

Secrets I have held in my heart

Are harder to hide than I thought

Maybe I just wanna be yours

I wanna be yours, I wanna be yours

Wanna be yours

Wanna be yours

  Wanna be yours.

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Aemond Targaryen descendió de Vhagar con una elegancia casi etérea, sus movimientos tan fluidos como el viento que aún agitaba su capa tras el vuelo. Alzó una mano para acariciar el grueso flanco de la vieja dragona, un gesto silencioso de gratitud que solo aquellos que compartían un vínculo con estas criaturas podían comprender. En un susurro, instruyó a los cuidadores para que le ofrecieran a la bestia todas las ovejas que deseara. Si el coste superaba lo que la corte permitía, pagaría de su propia fortuna sin dudarlo.

-Mi príncipe, realmente esta aquí; no lo esperábamos tan pronto -la voz de Ser Erryk, un beta de modales impecables, lo saludó desde su montura.

-Ser Erryk -saludó Aemond, quitándose los guantes con un ademán distraído.

Ser Erryk soltó una breve risa antes de señalar el carruaje que esperaba a Aemond-. La reina y tu familia aguardan en la Fortaleza Roja, mi príncipe.

Dentro del carruaje, el vaivén suave lo condujo a un estado de contemplación. Un año había pasado desde la coronación de Rhaenyra, y con ello, Desembarco del Rey había mudado de piel. Las calles, que antaño apestaban a podredumbre, ahora olían a incienso y limpieza. Era un cambio tangible, uno que Aemond pensaba discutir en su inminente audiencia con la reina. A pesar de la distancia que siempre los había separado, había en él un deseo por reconciliar las tensiones que aún se cernían sobre ambos. Después de todo, su último encuentro con ella había dejado una cicatriz, un error que seguía mordiendo su conciencia.

El recuerdo de la muerte de Viserys y la traición de Otto aún se cernía sobre la Fortaleza agradecía que Aegon se escapará evitando ser coronado y ganando tiempo. Aemond, montado sobre Vhagar, había volado más rápido que los vientos para alertar a Rhaenyra del complot. Fue él quien aseguró la vida de su madre, su hermano y la reina, aunque no pudo salvar a Otto Hightower de la muerte a manos de Daemon. En el campo ensangrentado bajo el estandarte de los Targaryen, el acero de Hermana Oscura había dado fin a la conspiración, y la cabeza de Otto decoró una pica como advertencia.

Aquel día, Aemond se había enfrentado al llanto desconsolado de su madre, destrozada por la pérdida de su esposo, su padre y su protector. Y aunque el poder de su casa quedó firme bajo el mando de Rhaenyra, la victoria fue amarga. Los colores rojo y negro ahora cubrían cada rincón de la Fortaleza, mientras que el eco de las traiciones y los fantasmas de los caídos nunca abandonaron los pasillos.

Pero no eran esos fantasmas los que más perturbaban la mente de Aemond. No, su verdadera inquietud estaba en otro lugar, en otra figura. Lucerys Velaryon, presentado como omega en la noche del matrimonio entre Jacaerys Velaryon, el heredero al Trono de Hierro, y Aegon Targaryen, su propio hermano omega. Aemond recordaba esa noche con una intensidad que lo quemaba, como si el fuego de los dragones hubiera estallado dentro de él. El salón estaba adornado en rojo y negro, y las voces de la corte alababan la unión entre Jacaerys y Aegon, una alianza que había consolidado la paz y asegurado la sucesión.

I Wanna Be Yours ░ ( Lucemond )  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora