Parte 1

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— ¡Jungkook-ahh! déjame ganar por una vez en la vida.—Puchereaba con molestia y le di un codazo.

— Si te dejo ganar se te sube el ego y eso nah.—Dijo y rió burlonamente.

Estaba en casa de mi amigo Jungkook, jugando videojuegos como todos los viernes lo hacíamos, ya estaba cansada y harta de que Jungkook siempre ganara millones de veces y yo perdía.

¡Ahora le debía millones de bebidas de leche de plátano!

Que injusticia de verdad, agh.

— ¿Había quedado otra rebanada de pizz...? ¡Jungkook... por fis compárteme! no seas malo...—Dije haciendo ojitos de perrito triste y juntando mis manos en gesto de súplica, sabía que Jungkook no podría resistirse por mucho tiempo a mi comportamiento tan adorable y suplicante.

El me miró de reojo notando mis ojos y suspiró dándose por vencido. Gané y hice un bailecito chistoso haciendo que riera.

— Toma un mordisco, malcriada.—Dijo acercándome la rebanada de pizza a la boca y yo le di un gigantesco mordisco para molestarlo.

— ¡Minhee, que te dije!!—Dijo Jungkook gritando mi nombre y frunciendo el ceño.

— Si solo fue un poquito Jungkookie~~—Dije sonriendo.

— Sssi claro.—Dijo sarcástico, rodó los ojos y terminó de comerse la pizza.

Me levante del sillón en busca de mi celular, cuando lo encontré caído en la alfombra del suelo lo agarre y noté de inmediato la hora, era tarde a decir verdad.

— Jungkook... son las once y media de la noche, deberíamos de dormirnos ya.—Dije acercandome a el para sentarme a su lado.

— ¡Solo una partida y ya! ush...—Dijo aburrido aún con el control remoto en sus manos.

— Bueno yo me iré a dormir, estaré en tu habitación Jungkook.—Dije y el asintió.

Me acerque depositándole un cálido besito en su mejilla y este se sonrojo levemente pero no lo noté ya que la habitación no estaba muy iluminada.

— Buenas noches, te espero kookie.

Subí las escaleras para dirigirme a su habitación y estando allí me acoste en su cama mirando el techo, tenía su aroma que tanto me gustaba.

Acomodé mi cabeza en la suave almohada, no tardé en cerrar los ojos y quedar profundamente dormida. Unos minutos después sentí a alguien a mi lado y acurrucándose a mi costado.

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A la mañana siguiente

Me desperté con un gran peso en mi pecho, Jungkook tenía su cabeza en mi pecho y soltaba ronquidos con sus labios entreabiertos, se veía como un bebé durmiendo.

— Jungkook quítate ahora o te voy a dar una paliza.—Dije fingiendo estar enojada.

— Mmmh... un rato más así, por favor.—Dijo en un murmuro.

¿Por qué tiene que ser tan lindo?—Pensé.

No Jungkookie, tu madre no tarda en llegar y nos va a encontrar así, ¿que harías si pensara que tu y yo somos algo? seria una locura totalmente.—Dije y reí.

— Está bien mi pequeña.—Dijo abultando sus labios y haciendo un puchero.

— Deberíamos de limpiar el desastre que dejamos ayer, dejamos boronas de botanas por todo el sofá, ay no.—Dije levantandome de la cama y amarrando mi cabello en una coleta.

Ojitos de bambiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora