La Voluntad de un Zenin

El Bosque

Sin palabras.

Capitulo 2.

En una tarde tranquila en la Academia de Hechicería, el sol se filtraba suavemente a través de las ventanas de una amplia oficina, iluminando los estantes llenos de libros y los papeles desordenados sobre el escritorio. Gojo Satoru estaba sentado de manera despreocupada en una silla, sus pies descansaban sobre la mesa mientras hojeaba perezosamente un informe reciente. Con su característica venda sobre los ojos y una sonrisa divertida, parecía que nada en el mundo podía alterar su relajado estado.

El sonido de la puerta abriéndose suavemente interrumpió el silencio. Un hombre de mediana edad, uno de los encargados de las misiones de la academia, entró con una expresión seria en el rostro. Gojo, sin quitar los pies de la mesa, giró la cabeza ligeramente hacia él.

—¿Alguna novedad interesante? —preguntó Gojo con tono despreocupado.

—Sí, en realidad. Hay algo que ha llamado nuestra atención —respondió el hombre, dejando caer un par de informes sobre la mesa—. Han habido varias desapariciones extrañas en las afueras de la ciudad. Familias enteras han desaparecido sin dejar rastro, y en los últimos días los casos han aumentado. Lo preocupante es que no se ha detectado la presencia de maldiciones evidentes.

Gojo levantó una ceja detrás de su venda. —¿Nada de maldiciones? Eso sí que es extraño. Entonces, ¿qué creen que lo está causando?

—Todavía no lo sabemos —respondió el hombre, señalando los informes—. El Consejo está preocupado. Piensan que podría ser algo diferente a lo que estamos acostumbrados. Por eso han pedido que alguien investigue. Y, francamente, creemos que sería una buena misión para tus alumnos.

Gojo dejó escapar un suspiro. —Mis alumnos, ¿eh? —Se cruzó de brazos, como si reflexionara brevemente—. Parece algo peligroso para unos principiantes.

El hombre asintió con una ligera duda. —Es cierto que no sabemos exactamente a qué se enfrentarán, pero también puede ser una buena oportunidad para que desarrollen sus habilidades en situaciones reales. Podrían aprender bastante enfrentándose a algo desconocido. Además, creo que sabes tan bien como yo que ellos tienen un gran potencial, especialmente... Naruto.

Gojo esbozó una leve sonrisa, su interés finalmente captado. —Naruto, ¿eh? —murmuró para sí mismo—. He visto lo suficiente de ese chico para saber que tiene algo único. Y esta podría ser la ocasión perfecta para que lo ponga en práctica. Además, Maki, Panda e Inumaki también están más que listos para asumir un reto.

Gojo retiró los pies de la mesa y tomó uno de los informes, revisándolo con más atención esta vez. Las desapariciones abarcaban varias aldeas pequeñas en las afueras, lugares sin una conexión directa entre sí, lo que hacía que el patrón fuera difícil de rastrear. Sin embargo, algo en las descripciones le parecía vagamente familiar.

—¿Has notado algo en particular en estos casos? —preguntó Gojo mientras seguía hojeando.

El hombre asintió. —Sí, algunas personas informaron haber visto una figura oscura en las cercanías antes de que comenzaran las desapariciones. Nadie ha podido describirla con claridad, pero algunos hablan de una presencia que emana una energía extraña, no precisamente maldita. Eso nos preocupa.

Gojo cerró el informe y se reclinó de nuevo en su silla. —Bueno, suena lo suficientemente interesante como para que les dé un vistazo. Y creo que Naruto puede aprender algo valioso si se enfrenta a este tipo de amenaza. Además, Maki lo mantendrá en línea si las cosas se complican.

Gojo hizo una pausa, reflexionando por un momento. —Organiza los detalles. Yo hablaré con ellos. Creo que es hora de que mis alumnos demuestren de qué están hechos.