Prólogo

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Laura

El Cerro Uritorco era mi objetivo de vacaciones para este año, 7 horas para subir y bajar según Google, mientras mis padres derrochaban plata en Villa Carlos Paz yo derrochaba plata en un permiso para acampar, la carpa, la comida, el agua... Si, la idea de Carlos Paz sonaba más tentadora para mi tarjeta en estos momentos.

Pero mi consuelo era recostarme a cielo abierto, escuchar música, y ver las estrellas. Eso sonaba a típica protagonista antisocial, bueno lamento seguir el estereotipo, pero la realidad es que siendo neurodivergente contaba con una batería social muy baja, y estar entre tantas personas me agobiaba y agotaba rápidamente.

Además, luego de ver Outlander y desarrollar un gusto culposo por un inglés, investigue los puntos paranormales más comunes en nuestro país, ¡Y coronados de gloria! Argentina era una cuna para lo extraño.

La Garganta del Diablo, las Cordilleras, la Patagonia, las Cataratas, puntos naturales que funcionaban como imánes para lo sobrenatural.

Aunque mi interés no era viajar al pasado, definitivamente no, si quería saber que tanta realidad y que tanta fantasía existía... Y por que quería alejarme de mi gente.

Pero definitivamente, nunca espere encontrarme con más de lo que había imaginado, como mucho un punto luminoso en el cielo, una sombra extraña entre las malezas, ruidos peculiares. Pero jamás habría esperado ver a extrañas criaturas verdes de ojos grandes y negros, ni mucho menos, debido a mi estupidez terminar atrapadas en su nave, causar un accidente y terminar colisionando en otro planeta, ser usada como moneda de cambio y terminar en bolas al frente de una corte de puros hombres alienigenas.

Soy Laura Mendoza, y esta es mi historia, no, no es un documental de National Geographic.

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