¡Erza no es una frustrada!

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Que lo disfruten...

Regularmente el rubio ojiazul parecía distraído ante cualquier cosa que se le pusiera enfrente de él, sin importarle en lo absoluto si las intenciones de los demás eran perjudiciales. jamás en estas pocas horas de conocerlo se le vio una pizca de alerta en su aura tranquilizadora, era cordero que jamás conoció a su rebaño, sin intenciones de lastimar a nadie. Un cordero blanco vagando entre locos lobos que en cualquier comento podrían morderlo y hacerlo sangrar.

Verlo sin tanta preocupación ante los peligros de la vida hacía que en ella su sangre le hirviera ¿Cómo podía estar tranquilo sin pensar los problemas en futuro?

Naruto era un cordero sin pastor subiendo por las bastas montañas de la vida, pero subiendo por las laderas llenar de cuevas de lobos.

Ella tendría que ser la loca loba que lo despertaría de su mundo de ensueño.

Mirarlo de vez en cuanto era como ver a un niño grande que jamás se defendería a pesar de ser el triple o doble de cualquiera de los que estaban por sus alrededores, riéndose y coqueteando con la cantinera maga mirajane era difícil de ver, no porque eran celos de que le hubiesen dicho Virgen de closet.

No es como que tenga libros eróticos debajo de las almohadas de su cuarto esperándola en las noches solitarias.

No, no era eso. Ella tendría que imponer un respeto como lo había decretado en el pasado en su gremio cada que el maestro salía a sus reuniones del consejo mágico y se tardase días en regresar.

Quizás tendría que ser más dura con este nuevo personaje que la trajo de nuevo a su hogar de aquella masacre si es que por la mente del maestro pasaba en quererlo reclutar.

Pueden ayudar a todos, eso era lo que el maestro creía y lo que ella estaba de acuerdo hasta cierto punto, hay demasiado espacio en Fairy tail.

Pero no cualquiera puede entrar a Fairy tail, no podían... no puede confiar en las personas tan fácilmente, podían ser una bomba de tiempo que al final detonaría y lastimaría a sus seres queridos, eso le causaba escalofríos de solo pensarlo, ver a muchos de ellos heridos y aunque eso pasara ella tendría que ser la armadura, la comisaria que defendería a sus seres preciosos. 

Ella tenia que hacerse ver aterradora para alejar el mal.

Y eso haría, iría ahí y sacaría cada cosa que ha hecho el supuesto Naruto en su pasado, lo exprimiría como una naranja, solo si claro. El maestro Lo reclutará lo cual sería lo más lógico del mundo siendo un anciano amable, pero seguiría siendo su maestro. No se ve que sea algún momento de otro gremio y tampoco que se vea ser por los alrededores.

Antes que cualquier otro pensamiento maléfico pasara por su mente vio como un borrón rosa pasó junto a ella y se le tiró al rubio sin previo aviso por su espalda; Natsu idiota pensaba en querer luchar con el, eso la alteró demasiado al saber que el sujeto no estaba en guardia al estar concentrado en querer estar entre las piernas de mira que cualquier otra cosa, seguidamente sería muy mal quemado por las llamas en los puños del pelirosa. Tenía que actuar rápido o estaría muerto el tipo sin embargo no pudo pensar en una manera de llegar hacia a él en menos segundos de lo que él tomaría cambiar de armadura hacia un requip parecía imposible.

"No tan rápido sabandija".

Ver como el puño de Natsu estaba a milímetros de chocar contra la parte trasera del cráneo de naruto hizo que su corazón se parara un momento, pensando que lo mataría pero era todo lo contrario. Naruto, en menos de un parpadeo atrapó y abrió el puño encendido de Natsu con su propia palma cerrándola en ella, los dedos de Natsu sobresalían de la mano cerrada de Naruto con el fuego ardiendo alrededor de ellas.

La Tristeza del DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora