Cerro la puerta con seguro y camine hasta quedar junto al espejo, a modo de lograr estar lo más lejos de él. Su mano se poso en la perilla de la puerta y suspiro antes de girar y verme directamente a los ojos.
-le hare un memorado por abandono de puesto y créame que estoy siendo considerado solo porque se que necesita el dinero para salir adelante, según usted – trague saliva, ¿Por qué esta tan molesto?
Si, cometí u error, pero no es para tanto.También tiene otras secretarias las cuales no ocupa, no se porque a ellas no les exige y les ordena como a mi. Di un paso hacia el frente y sentí como si la habitación estuviera muy reducida. No se supone que debamos estar a solas acá y con la puerta a
segurada. Lo podrían mal interpretar.-las horas serán descontadas de su paga..
- ¿pero por qué? – enarco una ceja divertido
-. Tampoco fue como si me hubiera ido del evento. Sr. Gallardo. Además, no he abandonado mi puesto de trabajo por ningún momento. Aquí estoy por si no se había dado cuenta. Usted mismo me dijo que me hiciera cargo de las modelos, y eso hice…
-que excusa mas barata se ha inventado, Greco – sonrió dando un paso hacia mi -.
Tendré que hacerle una lectura exhaustiva sobre el reglamento de la empresa. Y antes que me diga o salga con alguna estupidez, estos dos días que quedan del evento la quiero ver caminando junto a mí. Literalmente seremos uno solo. ¿entiende lo que le digo, Bárbara? – asentí con la cabeza. Su mirada me tiene con los pelos de punta.
-por supuesto, Sr. Gallardo, cuente con mi entera disposición – sonrió, ¿Por qué estará sonriendo tanto? Es muy extraño de su parte -. Ahora bien, ¿necesita que le ayude en algo mas Sr. Gallardo? Pensé que, una vez finalizado el evento, se iría para su casa.
Negó mientras apoyaba su mano en una silla que nos separa.-aun queda el banquete, Barbara. ¿no tiene hambre? Porque yo si… y demasiada – hizo la silla a un lado y mi pulso se acelero a mas no poder. Porque me mirara de esa manera tan extraña. Será que tengo alguna cosa en el rostro y no me he dado cuenta.
Desvié mi mirada hacia el espejo y lo próximo que pude asimilar fueron sus abrazos atrapando mi cuerpo en el mueble del espejo. Sus brazos están tensos a los costados de mi cintura, sin llegar a tocarme. Levante la mirada y me encontré con esos ojos tan lindos que, el tiene, viéndolos mas de cerca, son de un verde extremadamente hermoso. Su respiración es muy tranquila mientras que la mia es inexistente.
-¿Qué cree que esta haciendo? – susurre hábilmente, sus labios se curvaron casi mortalmente atractivos en su sonrisa. Sus ojos se posaron el mis labios por breves segundos antes de volver a mis ojos.
-ese vestido le queda muy bien, Greco ya no luce tan payasa… - callo soltando una ligera y risueña risa.
- ¿seguirá burlándose de mí? Si me coloque esto fue porque usted asi lo exigió no porque me agrade la idea de estar mostrando lo que no tengo. Eso ya lo sé, no hay necesidad de que se burle cada que tiene oportunidad de hacerlo.
-no me estoy burlando, estoy haciéndole un cumplido Greco – enarque una ceja. Vaya cumplido -. ¿Dígame porque esconde ese buen cuerpo bajo esas ropas tan horrendas?
-porque eso es algo que no le importa ni le incumbe, Sr. Gallardo. Ya se desvió del tema importante de aquí. ¿Qué más quiere que haga? - sonrío ladeando relamiendo sus labios pausadamente. Es un maldito imbécil egocéntrico.
-usted nunca se calla ¿verdad? Siempre tiene algo con que atacar, bárbara – hecho la cabeza hacia atrás mirando cada centímetro de mi cuerpo -. Estoy muriéndome de hambre y usted me tiene acá haciéndome perder el tiempo con tanta habladuría.
-pues vaya y como, Sr. Usted es el que me estaba haciendo perder… -mis palabras se han quedado paradas en su boca.
Mi corazón choco bruscamente con la pared que lo cubre todo. Mis piernas flaquearon ante los húmedos labios de mi jefecito ogro. La rabia me había hecho perder la razón, no recordaba que lo tenia tan cerca y que, fácilmente podría y hacer una cosa asi. Cosa que no me esperaba, desde un principio le he parecido una mujer fea. No entiendo que lo impulsa a hacer esto.
Este loco, si es eso.
Abrí los ojos de golpe y reaccioné ya cuando su mano me pegaba mas junto a su duro cuerpo. Un quejido salió de mi boca al tiempo que trate de separarme de él, esto no debería de estar pasando. El no debería de estar besándome, pero mis labios traicioneros no pretenden de despejarse de esos labios tan húmedos, expertos y delicados. Su lengua humedeció mis labios estaditos, justo para que los separara y le diera plena entrada a ella. El sabor de su aliento me llevo por pocos minutos a la confusión. Connor nunca me había besado de esta manera.
Nunca me había hecho temblar y erizar ante el roce de nuestros labios y lenguas. El Sr. Gallardo apretó mi cintura y un gruñido salió del fondo de su garganta ahogándose en la mía. Presentí algo duro en el centro de mi estómago, cosa que me hizo jadear de impresión.
Coloque ambas manos en su pecho, en su duro pecho. Primero para no caer, aunque el me sostenía fuerte en sus brazos, y segundo trate de empujarlo hacia atrás con las pocas fuerzas que tenia en mis brazos. Su otra mano se afianzo a mi cuello, obligando a mis labios a seguir unidos a los suyos.
-greco, dígame que me detenga o usted será mi cena en este momento – susurro contra mis labios con la respiración acelerada. Trague todas las emociones que me dominaron en ese momento, y lo empuje con todas mis fuerzas.
Mi mano se movió por si sola contra su rostro. La mirada oscura de hace un momento se ha transformado en una de impresión. Yo no soy una cualquiera como para que sea tan atrevido de hacer este tipo de cosas. Claramente no sabe quién soy.
-que sea la ultima vez que hace una cosa de estas, me entiende señor, o se me me va olvidar que es usted mi jefe
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