Capítulo II

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Isagi llegó a casa por la medianoche con su mente hecha un caos, se quitó los zapatos en la entrada y caminó a su habitación de manera automática. Sus pasos eran silenciosos, pero su memoria los tomaba como un iniciador para dejar que los recuerdos salieran a flote una y otra vez. La parte de su suéter que le cubría el hombro derecho seguía húmeda por las lágrimas de Rin, incluso aún podía percibir el aroma de Rin impregnado en esa prenda, estuvo ahí por mucho tiempo. Sin siquiera darse cuenta, Isagi ya se había recostado boca arriba en su cama, mirando fijamente el techo, con el recuerdo de Rin aun deambulando.

La mente del mayor se trasladó nuevamente a ese instante en donde abrazó al quién le había denominado como su rival, la sensación de vulnerabilidad del menor, aferrándose un poco hasta separarse lentamente una vez que se percibió más estable; Isagi rememoró esa imagen de Rin poniéndose de pie en absoluto silencio, pensando en un primer instante que iba a amenazarlo en que no le diga a nadie o que no volviera a mencionar el tema de por medio, pero lo único que pudo contemplar el de cabello azul fue a Rin dándose la vuelta y marchándose de aquella pequeña cancha de fútbol.

La pregunta, "¿En qué momento olvidé en que éramos humanos?", resonó en la cabeza de Isagi como si fuera un eco en una caverna oscura. «Llorar es normal... Todos lo hacemos, aunque no queramos admitirlo...», se repitió Isagi en una forma de convencerse a sí mismo de que la imagen de Rin tan vulnerable no era algo raro, «¿Cuánto tiempo estuvo reprimiéndose?».

La mente de Isagi se quedó en silencio, al igual que una biblioteca vacía, pero a los segundos se volvió a llenar de pensamientos incontables, hasta para una computadora. «¿Me odia? ¿Odia a su hermano? ¿Hice bien? ¿Debí ignorarlo? ¿Fui demasiado directo?», parecía que Isagi retornaría a ese trance del principio; sin embargo, uno de esos pensamientos dejó en silencio al resto como si tratase de algún grito en medio de un disturbio.

«Se sintió bien haberlo ayudado...»

Una suave sonrisa se formó en el rostro de Isagi, ignoró todas esas preguntas que se formulaba su cabeza, que importaba que si que había hecho estaba bien o mal, de que si era raro o no, de que si fue una escena muy dramática o debió haber dicho algo mientras lo abrazaba; lo único que importó para este chico fue que volvió a sentirse humano.

(...)

Es un sábado por la tarde, Isagi estaba pasando un momento divertido con Chigiri porque veían desde el banco de un parque como Bachira estaba sentado sobre los hombros de Nagi balanceándose de un lado a otro, mientras Reo trataba de bajarlo de ahí porque su mejor amigo estaba a punto de perder el equilibrio.

-¡Bachira! ¡Suéltalo, pareces un mono! -exclamó Reo, no pudiendo evitar reírse un poco.

-¡Oh! ¡Veo las montañas desde aquí! -señaló Bachira, sonriente como siempre, ignorando por completo lo que decía Reo.

-Nos hubiéramos quedado en tu casa, Reo -x- -murmuró Nagi, sintiéndose cada vez más mareado.

-Parecen unos niños... -susurró Chigiri, riéndose en lo bajo. Isagi asintió, con una sonrisa divertida.

-Sí, yo creo que aún lo son. -Isagi pudo ver como Chigiri se volvió a reír gracias a su comentario. Pronto el de pelo azul se recostó un poco en el banco y dirigió su mirada a su amigo de cabello largo. -¿No pudiste convencer a Kunigami de venir?

Chigiri negó con la cabeza, mientras imitaba a Isagi en recostarse en la banca, suspiró un poco antes de responder con palabras. -Está demasiado centrado en entrenar, a pesar de que Ego declaró este tiempo como unas pequeñas vacaciones... Parece un robot.

-Sí, eso es lo que le hizo la Wild Card... -añadió Isagi. Ambos se quedaron en silencio por un instante, mientras de fondo se veía a Nagi caerse en un arbusto junto a Bachira y a Reo tratando de sacarlos.

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⏰ Última actualización: Sep 18 ⏰

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Solo un abrazo || Rin x Isagi (RinSagi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora