Junto a Ti [PAUSADA]

Capitulo 8. Especial II

Tras que las puertas fueran cerradas de aquel lugar que servia para vender el cuerpo de quien quisiera ganar un par de monedas ambas chicas se encontraban sobre la cama

—Ocha-chan, no debiste venir aqui—

Repitio mientras sus manos habiles se colaban entre la larga tela de la falda de la castaña que tenia el rostro completamente sonrojado teniendo encima a la rubia

—Callate y ayudame Toga— suplico mientras aferraba sus brazos al cuello de la contraria

—Para ser una Santa puedes ser ruda eh— se burlo, y antes de que pudieran seguir en su disputa ambas terminaron en un intenso beso que alargaron tanto como pudieron hasta que a ambas les falto el aire inevitablemente

—S...Solo ayudame.....—

—Bien, bien...lo hare—

Terminaron ambas de desvestirse y mientras los besos humedos de la rubia iban bajando por todo su cuerpo no haciendo mas que causarle suspiros y jadeos de placer.

—Te hare sentir muy bien Ocha-chan—

Y esta ves el rostro nada inocente de la rubia se perdio entre las piernas de la Santa que ahora mismo podia afirmar que estaba tocando el cielo sin necesidad de tener que rezar o ser tan devota a dios como se suponia debia

Si esto era pecar, lo haria una y otra vez sin dudar defraudaria su fe y perderia su pureza sin dudar.

Pasado

—¡Oye! No deberias comer tantas golosinas— la castaña le regaño mientras se acomodaba en la cama alado de su ventana,la unica que tenia donde podia mirar el cielo y añorar su libertad

—Tranquila Ocha-chan, también te traje un poco— le sonrio antes de acomodarse detras de ella tocando entre sus dedos los largos mechones marrones de cabello

—¿te gusta? Todos dicen que me hace ver linda y mas....pura, como la Santa que soy, aveces es aburrido solo llevarlo asi—

—¿quieres que lo peine?—

—¿enserio?¡hazlo! Mientras leere transcribire los versiculos que me pidieron—

—¿volvieron a castigarte por tomar un paseo de noche?—

Lo unico que obtuvo fue el absoluto silencio, pero claramente sabia una respuesta.

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—¡Toga-chan corre!¡olvidate de mi!—

La castaña habia sido golpeada, ademas su largo y brillante cabello fue cortado de forma bruta y ahora era sostenida entre los brazos de ...su jefe

—Por favor...dejela ir, ella no tiene nada que ver, no interferira—

El hombre solo rio mientras terminaba noqueando a Uraraka que cayo inconciente ante sus dorados ojos que derramaban lagrimas de frustración y enojo, de culpa

La culpa de haber involucrado a esa inocente chica, de haberse enamorado de ella y que ahora ese monstruo tuviera con que manipularla

••

Tuvo que hacerlo, no tenia opcion alguna, debio seguir las ordenes que le daban sin rechistar.

Ese chico rubio realmente le causaba pema y culpa,pero no tenia opción. Debia mantener a salvo a su Ochako.

Penso que estaba haciendo lo mejor, y finalmente cuando logro escuchar que la castaña estaba libre no dudo en escaparse.

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Fue muy tarde cuando la volvio a ver, la dulce chica que conocio estaba peleando en plena guerra por la liberación de su pueblo a manos del Tirano Katsuki, el tirano que ella creo ¿que le diria ella cuando supiera?

Por un momento se paralizo, y no fue cuando escucho la lejana voz de Uraraka que reacciono,tarde nuevamente. Teniendola entre sus brazos,con una herida en su estomago que no dejaba de sangrar

—¡No No no!¡quedate conmigo!—

—Toga...chan....—

Antes de que pudiera siquiera intentar salvarla, todo se congelo, vio como lentamente el cuerpo de su amada se hacia un hielo helado.

Y ella destrozada, no pudo mas que gritar y llorar ante la perdida de a quien mas amo, por quien cometio crimenes y convirtió en alguien horrible a ese pobre joven.

••

La rubia solto un suspiro mientras sus ojos dorados seguian a la joven chica frente a ella que se encontraba acomodandole el cabello a su linda hermanita.

—Asi que ¿te gusta mi hermana?—

—Si, bastante, la amo en realidad—

—Wow, que directa — el pelimorado solo suspiro dirigiendo su mirada al cielo azul —Cuida de ella entonces—

Lo hare.... Cuidare de ella como no pude hacerlo en el pasado.

No desaprovecharia esa oportunidad de amarla con todo su corazón.