Preludio

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—Damas, caballeros, jóvenes y niños, es un placer para mí presentar a mi hijo primojenito.—El padre de joven muchacho sonrió en grande, haciéndose a un lado para dejar a la vista a la persona a la que mencionó. Min Yoongi.

El joven se acomodo frente a todos los presentes con una sonrisa fingida, pues nunca le gusto asistir a ese tipo de asuntos.

El joven Min miraba con nerviosismo al público presente, cuando se percató que uno de los espectadores lo miraba de forma espeluznante, rápidamente desvío la mirada hacia donde se encontraban sus amigos, los cuales lo alentaban para que no esguviera nervioso, no le tomó importancia a lo sucedido con el joven el cual, lo seguía viendo y prosiguió a tomar aliento para dar su tan esperado discurso.

—Es un honor para mí poder estar aquí presente, con mí padre y en la compañía de todos los presentes les quiero decir aquí en este instante, juro lealtad y prometo cuidar de esta empresa a toda costa, prometo... Oye tu, por qué me miras y as estado acosandome todo este mes, cual es tu problema?—Señalo a un joven de la gran multitud.

Grave error.

Al pasar de tan sólo 5 segundos el joven señalado se levantó de su comodo asiento y con una sonrisa macabra que expresaba burla y ternura, hizo una reverecia y salió del lugar acompañado de otro joven mucho más alto que el.

Talvez habrá sido un acto de valentía y imponente haber intimidado a uno de los presentes tan sólo en su presentación.

Lo que no sabía el joven Min era que después de ese acto "imponente" pondría su vida y las de sus amigos en peligro, vendría una de las muchas pesadillas que tendría por el resto de su vida. O días?...












—Oy-Oye! Que haces!? Dejame i-ir! —Un joven gritaba desesperadamente para que alguien lo auxiliara, claro que nadie podría oírlo, que esperaba pues estaba en el baúl de un auto, con unos lunáticos que a su parecer antes eran las personas con las cuales le habría gustado que fueran su mano derecha.

—Oh cariño despertaste—Un joven con una voz linda le dio los buenos días.

—Qui-quien eres t-tu—Como por arte de magia su garganta se cerró y no pudo hablar o reprochar al joven de carita de ángel, que tenía delante suyo.

—¿Lo olvidaste? , cariño. —Recibió un asentimiento por parte del chico, que ya se encontraba entumecido pues la posición en la que estaba no le favorecía.

—Claro que lo recuerdas... ¿O te hago recordar, cariño?—El joven hermoso que hace un par de segundos se miraba indefenso y gentil, cambio rotundamente su estrejo se fruncio y soltó una carcajada que resonó en todo el lugar, pero nadie opinó sobre eso.

En ese instante ingresaron otras dos camionetas sin placa...

Extraño no?

Dos hombres de una gran estatura salieron del vehículo, estaban completamente vestidos de pies a Cabezas con una vestimenta blanca a esepcion por sus zapatos que estaban perfectamente lustrados que podías ver tu reflejo en ellos...

Uno de ellos examinó cuidadosamente la parte trasera de la camioneta como si estuviera buscando algo. Su visión fue interrumpida por el joven chico que seguía carcajeandose, una descarga eléctrica recorrió todo su cuerpo cuando volvió a la realidad en la que se encontraba.

—Dis-disculpa pero no reconozco quien eres—En un tono de curiosidad con sumo cuidado en sus palabras para no molestar al joven pues reconocia que estaba siendo un poco pesado con sus preguntas, retomó la pregunta.

—No lo recuerdas!? —El otro chico tomó en sus pequeños dedos los cabellos de joven Min haciendo que este suelte un quejido por el dolor. Mientras miraba fijamente sus orbes negros y asustadisos soltó al joven con fuerza contra el baúl mientras que con su mano libre, lo volvió a encerrar en este.

Volvió su vista hacia delante pues su vista no era totalmente mala, encontrándose con nada interesante más que con un montón de basura como envolturas de dulces entre otras golosinas. Con mucha dificultad y con las fuerzas que quien sabe de donde sacó, paso de estar en el baúl, a estar en los asientos traseros del vehículo. Se felicito a si mismo por eso y fijó su vista a través del vidrio derecho.

Todo lo que estaba viendo hasta el momento no parecía nada fuera de lo normal, aún sabiendo que estaba en un lugar el cual no era su casa estaba neutro como una roca. Fijo su vista en los camiones que hace unos minutos atrás habían ingresado al lugar, con curiosidad se quedó viendo fijamente cada movimiento de los jóvenes, los cuales manipulaban el vehículo.

Despues sus ojos se dirigieron a un joven
de cabellos rubios y brillantes como el sol, el cual para su sorpresa alzó una cuchilla en forma de ataque.

Mientras tanto otro chico de hebras rojas como la luna roja, también contra-ataco con una espada en sus manos las cuales eran muy pequeñas a comparación de la espada. Con intenciones de atacar, otro joven mucho más alto con cabellos castaños como la madera de los robles, intervino entre ese duelo y prosiguió a dar una orden la cual el joven Min no pudo decifrar.

Y en ese momento hubiera querido haberse quedado dormido como lo estuvo en todo ese transcurso...

Del Interior sacaron a un joven el cual en cuanto reconoció sus ojos se cristalizaron y quiso ir, sacarlo de ese lugar, pues sabia que le iria igual o peor que a el.

—Hos-... —Eso fue lo último que pudo verbalizar, pues calló al asiento inconsciente, lo sedaron... Como lo hicieron hace menos de 5 horas.

—Ohh lo siento muchisimo cariño—El de cabellos rojos hablo en tono burlesco mientras acariciaba a un ya inconsciente Yoongi.

𝐌𝐲 𝐖𝐨𝐫𝐬𝐭 𝐃𝐫𝐞𝐚𝐦 | 𝐘𝐨𝐨𝐧𝐦𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora