Después de ocho años de su separación, el mundo colapsa con la noticia de que la boy-band que revolucionó la industria musical vuelve una vez más a los escenarios.
Todos los miembros del grupo están emocionados por volver a encontrarse y revivir lo...
El silencio en su casa era abrumador. No tenía nada que ver con el bullicio del estadio o el murmullo constante del backstage. Aquí, en la quietud de su hogar, no había escapatoria de sus pensamientos.
Niall era su única compañía, la única persona que había dejado entrar en su vida.
-No entiendo por qué dudas de su amor por ti -comenta, con un tono que combinaba frustración y ternura-. Es obvio que sigue loco por ti. Además, ¿no has escuchado sus canciones?
Harry frunce el ceño, mirando la mesa frente a él como si fuera lo más interesante del mundo. No quería admitirlo, pero era obvio que había escuchado sus canciones; incluso aparecían en su top diez.
-No pierdo mi tiempo en eso.
Niall enarca una ceja mientras mordía su rebanada de pizza, tomándose un momento para saborear la comida antes de responder.
-Mentiroso -murmura, aún con la boca medio llena, ganándose una mirada de reproche por parte del rizado. Traga apresuradamente antes de continuar -. Todas o la gran mayoría de sus canciones fueron escritas específicamente para ti. ¿Eso no te dice nada?
Harry aprieta los dientes, sintiendo cómo su corazón se encogía ante la mención de cada promesa rota escondida en esas canciones. Podía escuchar su voz, cantándole como solía hacerlo, solo para él. Pero... ¿y si todo eso no era más que una forma de manipularlo, de aferrarse a algo que ya no existía?
-Que está obsesionado conmigo.
Niall deja escapar una risa suave, pero rápidamente se pone serio al ver la expresión del rizado. Al parecer, no se trataba de una broma, no para él.
-Eso se llama amor -dice suavemente, su tono despojado de cualquier rastro de burla. Se recuesta en el sofá y cruza los brazos-. No estoy diciendo que olvides todo, pero si no crees en sus palabras, escucha su música. Todo está ahí, cada disculpa, cada promesa, cada pedazo de arrepentimiento.
¿Amor? Harry casi deja escapar una carcajada amarga. Quería poder creer que era así de simple, que Louis aún lo amaba. Pero el amor no debería hacerle sentir así, ¿o sí? No debería ser como un arma que él sostenía contra su propia cabeza, amenazando con destrozarlo cada vez que intentaba abrirse nuevamente.
Se pasa las manos por el cabello, frustrado. Quería poder borrar todas esas emociones, dejarlas atrás como una vieja canción que ya no le importaba. Por más que lo intentaba, no podía. Porque cada vez que cerraba los ojos, lo veía. Y maldita sea, aún lo amaba como el primer día.
