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Alex

Cojo la maleta antes de bajar del tren seguido de Asher y Riven después de hora y media de trayecto hasta llegar a Birmingham, en 3 horas empiezan las primeras representaciones del campeonato de ballet y no quiero arriesgarme a llegar tarde y perderme sus actuaciones, hasta última hora Abby no sabe cuál es su turno y no podrá avisarme.

Pillamos un taxi para que nos lleve al hotel, que, con mucha suerte, he podido reservar en el mismo en el que se hospeda Abigail y el resto de los concursantes de la universidad. El coche nos deja en la entrada y tras pagarle entramos en el edificio para registrarnos, nos dan las tres llaves y en el ascensor miro a mis amigos.

- ¿Nos vemos en el vestíbulo en una hora? Necesito darme una ducha – les pregunto pasándome la mano por el pelo algo nervioso mientras bajamos del ascensor, nunca he hecho nada parecido por una chica, irme un fin de semana entero fuera de la ciudad para verla en una audición, aun sabiendo que puede que ni si quiera tengamos tiempo de vernos, todo esto es completamente nuevo para mí, pero no cambiaría mi decisión por nada.

- Si, yo también quiero ducharme – Riven camina mientras mira todas las puertas del pasillo buscando cuales son nuestras habitaciones – y Alex, relájate tío, seguro que Abby se alegra de que hayas venido

- Si capi, relájate, no te pega nada estar nervioso – Asher se burla de mi dándome unas palmaditas en la espalda y se detiene justo delante de una de las puertas – además, si no te dejan verla sabes que puedes masturbarte con el recuerdo de lo que pasó en el baño de la discoteca – lo miro realmente serio y levanta las manos en son de paz – puede que no nos hayas contado nada, pero no somos tontos y todos sabemos lo que pasó allí arriba.

- Eres un imbécil Asher – le digo dándole un golpe en el pecho, puede que un poco más fuerte de lo que pensaba en un principio – no me gusta que hables así de ella, no hagas que me arrepienta de haberte dejado venir.

- Venga ya capi, es solo una broma – me dice riéndose mientras se frota el lugar donde le he golpeado – sabes de sobra que adoro y respeto a Abby.

Encontramos nuestras habitaciones, que están unas al lado de otras, y entramos para arreglarnos. Tras darme una ducha me visto de forma más decente que cuando he llegado y tras estar listo me bajo al vestíbulo. Como soy el primero decido ir a la zona del bar y me pido una copa para relajarme un poco, ayer Abby parecía nerviosa por la competición, por lo que podría pasar, pero sobre todo por el baile en pareja. Es la primera vez que baila sin Cameron en una competición y eso la pone nerviosa, así que creo que me ha pegado ese nerviosismo a mí.

Mis amigos no tardan en bajar y les sonrío, también aprovechan para pedirse unas copas antes de que tengamos que irnos, y la verdad es que me siento realmente agradecido de tenerlos aquí conmigo, ellos son como una familia para mí, pero una familia de verdad, de esa que se alegra por tus logros, que los celebra contigo, y que aunque parezca que el mundo se te venga encima, ellos te demuestran que el problema no es tan grave porque están ahí contigo, ayudándote y apoyándote; y que hayan acogido tan bien a Abby, incluso sin conocerla del todo, me dice realmente como son, les preocupa mi felicidad y aceptan con cariño y con los brazos abiertos a esa persona que me está haciendo feliz.

Entramos por las grandes puertas del Birmingham Hippodrome, uno de los teatros más bonitos de la ciudad y lo primero que veo es a un montón de gente corriendo de un lado para otro, bailarinas ya vestidas, sentadas en el suelo colocándose las puntas, o repasándose el peinado. Miro las entradas que me pasó Abby en el teléfono y cuando localizo la puerta entramos por esa, buscamos los asientos y la verdad es que me hago un apunte mental de darle después las gracias, nos ha conseguido muy buenos sitios, justo por el centro y al lado de la escalera, para estar más cómodos.

Entre RedesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora