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Capítulo: 1

El vigilante enmascarado

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La noche caía sobre la ciudad de Hosu, una de esas noches donde el silencio es interrumpido solo por el bullicio ocasional. En las afueras, un edificio abandonado albergaba una operación clandestina. Camiones alineados junto a la estructura eran cargados con cajas de contrabando, mientras un grupo de hombres encapuchados movía la mercancía con precisión, ejecutando su tarea con eficiencia.

Dentro del edificio, algunos miembros de la banda, ajenos a lo que ocurría fuera, se encontraban relajados, jugando una partida de cartas bajo la luz tenue de una lámpara que parpadeaba. La tensión del dinero apostado apenas era suficiente para mantenerlos enfocados.

—Lo siento, amigo, pero te gané. ¡Full House! —dijo uno de los jugadores con una sonrisa maliciosa mientras recogía las fichas.

—¡Maldita sea! —gritó el hombre que había perdido, arrojando las cartas al aire—. Necesito un respiro, voy a fumar.

—Haz lo que quieras, pero eso no cambiará tu suerte —respondió el ganador con desdén.

Al salir del edificio, encendió un cigarrillo y exhaló el humo en la fría noche. Fue entonces cuando notó algo extraño. A lo lejos, una figura encapuchada caminaba hacia él. Los latidos de su corazón se aceleraron. Había algo inquietante en la forma en que esa sombra se acercaba: lenta, segura, pero con una presencia amenazante que le provocaba un escalofrío.

—¿Quién diablos eres? —gritó el hombre, tratando de sonar desafiante, aunque su voz temblaba.

La figura no respondió. Sus pasos no se detenían. El contrabandista retrocedió un poco, el cigarrillo colgando de sus labios mientras intentaba convencerse de que todo estaba bajo control.

—Te lo advierto, amigo, ¡no te acerques más o te arrepentirás! —dijo, su tono intentando sonar más intimidante.

La figura siguió avanzando en silencio, ignorando la amenaza. Incapaz de contener su pánico, el hombre corrió de vuelta al edificio y, agitado, interrumpió la partida de cartas.

—¡Oigan! ¡Alguien está afuera! —exclamó, alterado.

—¿Otra vez con tus paranoias? —respondió uno de los jugadores, rodando los ojos con impaciencia.

—Esta vez lo digo en serio, ¡parece un héroe! —insistió, con el rostro cubierto de sudor.

Preocupados, los demás dejaron las cartas y salieron a revisar. Sin embargo, afuera no había rastro de nadie.

—¿En serio? ¿Nos hiciste salir por esto? —bufó uno de los hombres, visiblemente molesto.

—¡Lo vi, te lo digo! ¡Había alguien!

Antes de que pudieran seguir discutiendo, el silencio fue roto por un estruendo. Los cuerpos comenzaron a caer, uno tras otro. Ninguno de los hombres tuvo oportunidad de reaccionar. La figura encapuchada se movía con rapidez y precisión, derribándolos uno por uno sin esfuerzo aparente. La precisión de los golpes y la velocidad con la que los inmovilizaba dejaban claro que se trataba de un profesional. No vieron su rostro, no escucharon su voz; solo la sensación de impotencia mientras eran atados y dejados inconscientes.

La figura encapuchada observó por unos instantes su trabajo antes de desvanecerse entre las sombras de la noche, como un espectro.

Momentos después, las sirenas de la policía y los héroes locales resonaron en la distancia. Entre los que llegaron estaba Shoto Todoroki, que lideraba la operación.

MHA X Kamen Rider: "Kamen rider Nexus"Where stories live. Discover now