Un maestro codiciado por el mundo decide enseñar a tres principes que para ojos de otros , no tienen salvacion.El maestro decidido a no solo convertirlos en principes sino a enseñarles como ser un buen gobernante , llevando asi el titulo de tutor...
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Saltó sin control hacia él, con lágrimas de ira corriendo en su rostro agarrada del cuello del hombre, quien la miraba sin lastima.
-¡COMO TE ATREVEZ HACERLE ESO A MI ESTRELLITA! ¿¡QUE FUE LO QUE TE HIZO!?
-Emperatriz, se nota la poca educación que tiene- sin fuerza alguna aparta las manos de la mujer de su cuello, sus ojos demuestran desprecio hacia la gobernante -Jamas se a mereció el amor de Alfiro ni que su hijo viviera
Rosarise miro con miedo esos ojos, aquellos ojos que la perforan su alma y esas palabras que acaban con su vida
-Eres una mujerzuela traicionera, asesina
Un susurro que causo pánico en aquella, el miedo de que supiera sus acciones recorrió sus células como electricidad, su pelos se levantaron al ver la sonrisa burlona que tenía el tutor real.
- ¡TU ...COMO LO SABES!
Una vez más salta hacia Labib quien cae por unos muebles, las decoraciones de dicho lugar caen al suelo. El estruendo llama la atención de los sirvientes que pasan por el lugar.
La emperatriz encima del cuerpo del tutor real, quien está tranquilo y con un rostro neutral a pesar de tener unas manos que amenazaban con acabar con su vida, el odio de la emperatriz es palpable.
Sin dudar los sirvientes fueron al rescate del tutor, apartaron como pudieron a la rabiosa emperatriz quien parecía una loca llena de ira buscando solo matar al tutor.
-Lleven a la emperatriz a su habitación y no la dejen salir hasta que se le pase la ira, por lo visto le es difícil aceptar los crimines de su hija
Acataron la orden, Labib miro el camino por dónde llevaron a la emperatriz, suspiro y se acomodo el traje.
-Sin duda, siempre fuiste una farsante - se fue del lugar