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Es algo difícil de explicar, saben? Quiero decir, alex se enojaba y soltaba insultos a regañadientes cada que alguien lo llamaba Otaku. Ya saben; fan del anime y un virgo a no más poder. Pero aquí estaba, haciendo su visita a una plaza basada en eso; minorías.
Puede que en algún momento muy bajo de su vida si haya sido parte de esa extraña minoria, pero no lo culpen, estar encerrado por años por una pandemia mundial le dejó mucho tiempo libre. ¿Y qué más podía hacer? En esos tiempos las series animadas eran populares entre los de su edad... O, bueno, esa excusa pone él.
Pasó tal vez tres años en su habitación, sin conciencia ni de la mañana ni la noche, mirando en su computadora series animadas en una página que, por cierto, era probablemente ilegal. Sí, tan jodido estaba como para pagar una aplicación para verlo legalmente, pero eso es otro tema.
Sus dias durante esos tres años se basaron en ver extensas series, mangas online, teorías, e incluso fanfics, a los cuales sobrevivía con la alta cafeina de una odiosa bebida famosa: "Monster". Usualmente no dormía y, sólo a veces, comía. Y sus padres? Bueno, ellos estaban la mayor parte de los dias ocupados, y realmente pensaban que era algo común entre adolescentes.
Como sea, tan pronto como esa pandemia se fue disipando, su rareza también. Mejor dicho, la ocultó un poquito. Comenzó a ser un poco mas normal, su vestimenta, su vocabulario, etc. etc. Pero eso no significa que realmente no le haya gustado ver todo ese drama en aquellos tiempos.
Y bueno, llegamos al punto en que su vida había recobrado un rumbo normal. Estudiaba, tenía amigos y sus gustos ya no se basaban únicamente en personajes orientales en 2D. Ahora era un poco mas variado.
Alex siempre dejó en claro que no, no es Otaku ni forma parte de ningún grupo extraño, que es lo que la mayoría pensaría al verlo. Una alta cara de asocial, un pin de su personaje favorito y lo extremadamente virgo que se veía.
Y la importancia de aclarar esto es porque ahora mismo se encontraba justo en la entrada de un lugar horrible en el que lo unico que encontrabas eran cosas extrañas. La FrikiPlaza, un lugar exactamente para eso, para Frikis/Raros.
Alex suspiró, apretando con ambas manos la correa de su bolso masculino que colgaba cruzado por su hombro. Miró la entrada una vez más, con esas pinturas muy desproporcionadas de monas chinas y personajes. Y como siempre, al dar su primeros pasos hacia abajo (porque sí, ese lugar se ubicaba en lo mas bajo, el sótano) y el olor de un aire acondicionado sucio y personas de dudosa higiene no tardó en aparecer.
Su plan era sencillo; compraba algunas cosas, tal vez una figura de acción, decoración para su mochila y algo relativamente bueno. Pero tan pronto como fue recorriendo las tiendas pequeñas de todos los pasillos, se detuvo en seco.
Alex hubiera sido capaz de imaginar encontrarse a cualquier tipo de persona ahí, genuinamente a cualquier tipo. Pero jamás, ni en sus pensamientos mas extraños, pudo haber pensado que se encontraría con ÉL.
