ADVERTENCIA
Si bien me inspire en Wano, me tomé libertades y no respetare los eventos tal y como sucedieron en el anime, recuerda que esto es ficción.
Capítulo 1
-Taskite!!
Resonó un grito de ayuda en medio de la espesa niebla y fue allí que Zoro pudo divisar a una hermosa mujer huyendo junto a una niña.
—¡Samurái, ayúdenos, por favor!
—Está bien, no quiero quedarme viendo cómo matan a una mujer y a una niña.
—¡Te daré lo que quieras!
—Sake y comida estarían bien.
Y de esa forma cerraron el trato.
Zoro se enfrentó a ese asesino, pero a pesar de ser más fuerte que el samurái, no pudo evitar recibir un corte en el pecho. Aun así, peleó hasta derrotarlo. Sin embargo, alguien más apareció.
Zoro creía que debería enfrentarse a él, pero al verlo marcharse, simplemente se desmayó.
La mujer, quien quedó sorprendida por cómo defendió a ambas, corrió a socorrerlo.
Estaba muy malherido, pero se las arregló para llevarlo a una cabaña.
Al llegar, la niña y ella comenzaron a cubrirle las heridas con unas vendajes.
—Otoko —exclamó la hermosa mujer a la niña—. Necesito que me hagas un favor.
La niña volteó sonriendo.
—No hay mucha comida para pagarle, así que cuando yo te diga...
—Iré a la otra habitación, ya lo sé, mamá siempre me decía eso —exclamó la niña con inocencia. No era la primera vez que le pedían algo así y era obediente, así que aceptó. En este mundo, las mujeres pagan sus deudas "Hablando" con los hombres.
—Gracias, Otoko —exclamó la mujer con tristeza en sus ojos. De repente, Zoro susurraba algo.
—Katana... —de repente despertó Zoro en un salto y a gritos.
Lo que asustó a ambas.
Zoro observó todo a su alrededor.
—Ustedes... ¿dónde estoy? —murmuró—. ¿Quiénes son ustedes?
—Mi nombre es Hiyori y la pequeña es Otoko. Gracias por salvarnos.
Zoro la observó sorprendido. Su rostro brillaba aún con la tenue luz del fuego. No se había percatado hasta entonces de lo atractiva que era verla directamente a los ojos. Pero no había tiempo para pensar en eso; su espada, Shusui, estaba perdida y debía recuperarla.
—Espera, no hagas eso, tus heridas comenzarán a abrirse.
Pero Zoro no parecía querer razonar, así que ella lo detuvo.
—¿Qué haces? ¡Suéltame, eso duele!
—Nos costó trabajo vendarte, y si se te abre la herida, nuestro esfuerzo habrá sido en vano.
—¡Deja de sujetarme justo en la herida, tonta! —exclamó, sin cuidarse de sus palabras, lo que la asustó.
—Lo... lamento, por favor, solo intentaba ayudar —exclamó ella, con un dulce rostro, ya que temía que él fuera alguien perverso.
Zoro, al verla, se sintió mal por ellas. Habían sido perseguidas y él estaba actuando como un imbécil.
—No te disculpes así —exclamó mientras se arrodillaba frente a ella. Acto seguido, se recostó boca abajo porque no soportaba el dolor.
—¿Estás bien?
—No me toques... —exclamó Zoro.
—Pero tus vendajes se aflojaron, por favor, permíteme acomodarlos —dijo mientras colocaba su mano en su fría espalda.
Él, por supuesto, se estremeció al sentir el calor de su mano y cuando levantó el rostro para repetirle que dejara de molestar, se dio cuenta de que ella estaba ruborizada, lo que lo dejó confundido.
—S... solo intento ayudar —exclamó Hiyori—. Como te dije, no tenemos mucho, pero quiero agradecerte.
En ese momento, ella acercó un plato con comida y una botella con apenas algo de licor.
—¿Esto es todo? —preguntó Zoro, viendo que ellas no se sirvieron.
Pero la mujer, creyendo que él esperaba más, exclamó:
—Yo te lo pagaré luego.
—Está bien —exclamó Zoro mientras acercaba el plato a la niña y tomaba la botella. Otoko no sabía si aceptar y miró a la peliazul.
—¡Come! —exclamó Zoro, y la niña, obediente, así lo hizo.
—¡Arigato! —exclamó la niña, tomando el plato.
—Es usted am... amable —exclamó Hiyori.
—¿Por qué te costó decirlo? —reclamó Zoro.
—Disculpa, me siento algo intimidada. Es que no pareces ser de aquí. ¿Acaso eres un extranjero?
—¿Por qué lo dices?
—Bueno, eres fuerte, pero nunca oí de ti y tanto tu rostro como tu cuerpo son...
Ella se ruborizó.
—Oye, si te vas a poner así cada vez que digas algo, mejor ni hables —exclamó Zoro, algo fastidiado porque de alguna forma le molestaba verla ruborizada.
—Solo quiero que me digas si vienes de afuera de Wano.
—Sí, soy un pirata.
Ella quedó sorprendida, pero intentó disimularlo mientras él se bebía un trago del licor.
De repente, ella se puso de pie y exclamó:
—Decidido, quiero que me ayudes. Hay muchos detrás de mí y necesito de tu ayuda.
—¿Qué? ¿Quieres que pelee por ti?
—Eres fuerte, ¿no es así?
—No ayudo sin recibir algo a cambio, y apenas pudiste darme algo de alcohol. ¿Por qué te ayudaría?
—Otoko, ¿puedes dejarnos a solas? —se dirigió Hiyori cariñosamente a la niña.
—¿Puedo llevarme el plato?
—Claro.
Enseguida, la niña se retiró.
Zoro solo observaba, ingenuo. Quizás la muchacha comenzaría a llorar o algo por el estilo.
—Oye, si vas a suplicar será mejor que lo olvides. Tengo que buscar mi... —en ese momento tragó sus palabras al ver que ella comenzaba a desnudarse.
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Zoro x Hiyori (Lemon) /Continuacion de Zoro x Tashigui/
FanfictionUna hermosa muchacha quien huía por su vida es rescatada por Zoro, a pesar de que este solo acepto como pago Licor y comida ella conocía otra forma de pagarle haciendo uso de su belleza y buen físico.