¡Oh! ¡Mi pobre omega!

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3-. ¡El grandioso plan de Yashiro Nene en acción!

Nene había llegado a su casa saltando de la felicidad al tener un excelente plan para hablar con el hermano menor de Teru-Senpai. 

Su idea es sencilla y eficaz, hacer deliciosas galletas para ofrecerle al omega con la excusa de que es parte de una tarea y extraer platica. Así la reconocería y cada vez que se toparan hablarían un poquito más hasta que se hicieron amigos y en una de esas la invite a su casa y se tope por accidente con su hermano mayor. 

Lo único difícil del plan era hacer las galletas, pero para eso estaba su querida mamá. Ella le ayudaría a hacer las galletas y así el omega estará rendido ante el sazón de una madre amorosa. 

— ¿Las galletas van a tener una forma en específica? —preguntó una mujer adulta con voz dulce y suave. 

En la mesa había un poco de desorden con la harina, la mantequilla, la bandeja y los utensilios. La masa ya estaba lista para formar galletas y meter al horno, solo que la omega no sabía que forma debían de tener las galletas.

— Hmm... No sé, corazones se pueden ver de forma romántica, pero también lo puede encontrar de manera adorable y no leer tanto la situación. 

Nene jamás había hecho galletas para un desconocido entonces no sabía que estaba bien o mal. En cambio, su mamá suena. Se le hacía adorable como su hija se esforzaba tanto por unas galletas, no le sorprendería si un día llegará con el chico.

— En mi opinión no importa que forma tengan, si son estrellas o corazones va a hacer adorable. Lo mismo sucedería si fueran círculos y cuadrados, lo que debe preocuparse es el sabor. 

La omega se enfrió al imaginarse la cara de desagrado del omega. Sería horrible que Teru la reconocería por la chica que enveneno a su hermanito. 

¡No!¡No! y ¡No!

Ella se aseguraría que fueran las mejores galletas. — Contigo mamá es imposible que sepan mal, van a ser corazones, estrellas, cuadrados y círculos 

Concluyó orgullosa de si misma para luego ponerse a trabajar. La mayor solo rio y le ayudaba a su hija, le recordaba a sus años de juventud. 

La tarde paso entre risas y sin darme cuenta ya era hora de dormir. 

Nene estaba segura que mañana iba a ser un día excelente y no podía esperar para conocer al omega y luego platicarlo con su mejor amiga. Solo esperaba que nada malo pasara antes de encontrarse con su objetivo. 

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La mañana de Nene comenzó increíble, su cabello se acomodó por si solo y su mamá le hizo su desayuno favorito. Aparte de eso, salió a la misma hora que su mejor amiga así que le pudo mostrar sus galletas y hablar un rato antes de las clases.

La mañana de Kou fue completamente diferente, se despertó atrapado por los brazos de su hermano y no pudo huir hasta que pasaron unos veinte minutos, lo cuál era obviamente tarde. Tuvo que apurarse como nunca para hacer el desayuno y encargarse de sus hermanos.

Teru y Kou tuvieron que correr hacía la escuela, el omega con una tostada en la boca y el alfa sonriendo como si nada. Al contrario, su aroma mostraba que estaba muy satisfecho. 

—¡Teru-nii! No puedes volver a dormir en mi habitación entre semana, ya habíamos hablado de esto — se quedó el menor mientras acomodaba sus libros en su casillero. Habían llegado a duras penas a tiempo. 

— No es mi culpa que tenga dos hermanitos adorables, es tu culpa por ser tan bueno — protestó con cariño mientras abrazaba a su hermano provocando que este se quejara más. No había nadie en los pasillos por lo que podía ser cariñoso.