Nuestra Dulce Historia de Amor - Goyuu

Capítulo 11

"¡Oh, Nanamin~! ¿Qué puedo darte hoy?" Satoru sonrió, poniendo cara de expectación.

Ese día estaba ayudando en la panadería, ya que no tenía otra cosa que hacer tras su dimisión de la empresa de Gojou. Por el momento, Satoru tenía que vivir en un café manga, ya que prefería ahorrar su dinero para el alojamiento e invertirlo en el proyecto de la panadería Miel, que avanzaba a buen ritmo con la ayuda de Ijichi.

El rubio le lanzó una mirada plana. "¿De verdad trabajas aquí ahora, Gojou-san?". Preguntó, observando su adorable delantal con desdén.

Él jadeó. "¡Claro que sí! Así puedo pasar un día entero con mi amante, ya sabes~". Satoru rió entre dientes. "¡Ay!" Gritó cuando Yuuji le golpeó la cabeza con una caja. "¡Yuuji~ ¡Esto es violencia en una relación! Te denunciaré~!" Lloriqueó Satoru mientras se masajeaba la cabeza con un mohín.

"¡Deja de mentirle a Nanamin-san!" Su amante resopló con desaprobación y sonrió al ex compañero de trabajo de Satoru disculpándose. "Lo siento por mi novio. A veces es molesto".

"Yuuji~~~" Satoru sollozó y abrazó al chico, que se limitó a poner los ojos en blanco con cariño. "He hecho tanto por ti, y aun así te pones en mi contra~" Gimoteó con exageración, poniendo una expresión enfurruñada.

Su amante suspiró, y entonces Satoru recibió un suave beso en la mejilla. "No hagas pucheros, Satoru". Murmuró Yuuji entre risas. "Fue decisión tuya, ¿recuerdas? Y yo la apoyo, porque creo en ti". Dijo el chico en voz baja y le sonrió cariñosamente.

Tras convertirse en inversor oficial de la Panadería Miel, con Satoru poniendo su propio dinero en el asunto, el sueño de Yuuji se hizo realidad. Sin embargo, su amante aún no lo sabía. Satoru estaba buscando un nuevo apartamento para vivir mientras buscaba en secreto un buen lugar para abrir una segunda panadería, queriendo sorprender a su novio con las llaves de ambas en su cumpleaños. Mientras tanto, también trabajaba en varios proyectos como autónomo, programando aplicaciones para móviles y obteniendo ingresos, ahora haciéndose su propio nombre en el sector.

La forma en que su amante reaccionó a la noticia fue lo que más le gustó recordar a Satoru. Justo después de explicarle a su novio por qué había decidido separarse de su familia y lo que significaba, a Yuuji se le doblaron las piernas, el chico se mareó y Satoru tuvo que ayudarle a ponerse en pie, divertido a más no poder. Luego tuvo que tranquilizar a su novio diciéndole que era algo inevitable de cualquier manera, ya que Satoru siempre quiso luchar por su libertad. Atacar a Yuuji directamente sólo le dio el empujón que necesitaba para finalmente actuar en consecuencia.

"¿Y tus padres simplemente te dejaron hacerlo? ¿No se opusieron o trataron de detenerte?" Preguntó asombrado el chico.

"Oh, Yuuji. Tengo mis maneras~" Dijo Satoru con una sonrisa.

"Pero..."

"Tengo mis maneras~" Lo repitió con insistencia.

Se quedaron mirándose en silencio, con los ojos miel en contacto con los azules, hasta que Yuuji parpadeó.

"Recuérdame, por favor, no ponerme en tu contra en el futuro, Satoru-san". Su amante murmuró entonces, petrificado, y Satoru se echó a reír.

Ahora pasaban aún más tiempo juntos, con Satoru siendo una presencia constante en la panadería, trabajando en su portátil en la cocina o en el piso de arriba, consultando algunos detalles con Tou-san y quedando con él para ir a ver a Ijichi, todo a espaldas de Yuuji mientras el chico horneaba desprevenido o estaba en el colegio, con la ceremonia de graduación a la vuelta de la esquina. De alguna manera, debido a este desarrollo, su novio abandonó el honorífico para simplemente llamar a Satoru por su nombre, haciéndolo aún más feliz gracias a ello.