siete

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West Village, New York.

—¡No eres mi novia, Gracie! —la voz de Alana resonó con furia total en el departamento

Y sus palabras llenas de desprecio mientras cruzaba la sala, agitando las manos con frustración evidente.

Gracie descansaba sentada en el borde del sofá, mientras la miraba con incredulidad, sus ojos comenzando a brillar por las lágrimas que luchaba por contener.

—Lo sé... —susurró Gracie. —No te estoy pidiendo que lo seas, solo que me respetes un poco más. ¿Es mucho pedir, Alana?

—¿Respetarte? —Alana soltó una carcajada seca, dándole la espalda por un segundo, como si la petición fuera ridícula para ella escuchar.—¿Qué respeto, Gracie? ¿Qué se supone que hice mal? ¿Solo por que salí a cenar con Kendall? ¡Vamos, ni que fueras mi maldita esposa para darme sermones!

Gracie bajo la mirada, tal vez aceptando que esa era la realidad, no era nadie. —Es solo que... me siento usada, y pensé que lo que teníamos era más que solo... ya sabes.

—Solo sexo, Gracie. —Alana se giró de golpe clavando sus ojos en la más baja con cierta obviedad. —¡Por favor! si te sientes así es porque tú solita te hiciste esa película en tu mente.—bramó.  —Nunca te prometí nada y si te metiste en esto fue porque quisiste, sabías cómo eran las reglas desde el principio.

Ambas se quedaron en silencio por unos cortos segundos, parecía que Alana no podía dejar de moverse, estaba dando vueltas y vueltas por toda la sala.

—¡No soy un juguete, Alana! —Gracie alzó la voz por primera vez, encontrándose con una cierta valentía.

—¿Ah, no? —Alana sonrió con burla, inclinándose sobre ella. —Bueno, si no te gusta ya sabes que hacer, pero no vengas aquí a darme lecciones, Gracie, porque no tienes ningún derecho. —la menor se encogió de hombros.

—Creí que-

—Pues creíste mal. ¿Y sabes que? El hecho de que estés aquí lloriqueando por algo que nunca existió me da aún más razones para no tomarte en serio. ¿En qué momento dije que te quería para algo estable?

Gracie apretó los labios tratando de encontrar las palabras adecuadas sin embargo, el nudo en su garganta era demasiado grande. —Pensé que...
—comenzó. —Pensé que tal vez eventualmente podríamos llegar a eso...

Alana rió de manera amarga. —Escúchame bien, Gracie. Eres bonita, y... sabes como hacer una noche mas entretenida, pero eso es todo, y si alguna vez pensé en ti como algo más, fue solo porque no había otra opción mejor en el momento...

Gracie frunció el ceño y dejo que las lágrimas se deslizaran por sus blancas mejillas. —¿Cómo puedes ser tan cruel, Alana? —murmuró con desdén.

—Lo cruel sería dejarte seguir creyendo que tenías alguna oportunidad conmigo. —se cruzó de brazos frente a ella y la miró desde arriba. —No soy ese tipo de chica, Gracie, y nunca lo seré, por que si no te lo dije antes, es porque pensé que eras lo suficientemente inteligente como para darte cuenta por ti misma.

—Taylor me dijo que-

Alana rió al escuchar aquel nombre, interrumpiendo a la otra chica. —¿Taylor? ¿En serio vas a mencionarla? —soltó una carcajada más fuerte, como si la sola mención de su nombre le resultara absurda

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⏰ Última actualización: Oct 07 ⏰

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I can fix her (no really I can) || taylor swift Donde viven las historias. Descúbrelo ahora