casual.

101 18 1
                                    

Actualidad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Actualidad.

El escozor del licor picaba en la garganta de cierta coreana con los ojos particularmente rojos e hinchados, por casualidades de la vida, Jisoo se encontraba, nuevamente, llorando en el sofá de su casa y bebiendo hasta que su cuerpo cediera a tomarse un merecido descanso. Tal vez el llanto ya había empezado a lastimar su garganta, por ende beber dicha bebida sólo estaba maximizando el efecto que “ella” le causaba. Curiosamente esta vez no estaba llorando como una niña pequeña en su departamento.

Estaba llorando en el departamento de Roseanne. Roseanne Park.

Y pues bueno, eso la hacía el doble de miserable.

Déjenme explicar, Kim Jisoo era una perdedora nata, se ilusionaba rápido y le encantaba ser intensa con sus parejas (cosa que la neozelandesa detestaba), sus amigas (Jennie y Seulgi) solían decirle que era bastante estúpida por quedarse rondando en el departamento de Roseanne estúpida Park, esperando a que volviera para recibir ¿que? ¿Una follada rápida y volver a su casa en medio de la noche?

Pues no, eso no era lo que buscaba, pero era lo que terminaba recibiendo.

Ellas en realidad no tenían una relación seria (aunque para Jisoo todavía había posibilidad), eran amigas —Conocidas cercanas— que follaban de vez en cuanto y pasaban el rato con la otra. Pero es que Dios, la neozelandesa era un sueño, era imposible no ilusionarse.

Jisoo dejo la botella semi-vacia de alcohol en la mesa de cristal bien decorada, se fijo a sus alrededores para buscar la ropa que seguramente ambas hayan esparcido por la casa, la azabache aguanto las ganas de llorar mientras deslizaba las bragas hacia su cintura. Y no, no se sentía incomoda, ya que el sexo era increíble y más cuando ambas daban todo por la otra. Pero aún así sentía que algo faltaba.

No se molesto en arreglar su cabello o en que su ropa se viera prolija, estaba vestida y a pesar de que apestaba a sexo, nadie le diría nada por eso. No se molesto en dejarle alguna nota a Rosé o en limpiar el desastre que habían dejado en el sofá de la más alta.

Ella no leía las notas, tampoco le agradecía por hacer algo tan detallista como arreglar su casa. Salió del departamento apurada, algo asustada de perder el autobús hacía su casa.

—Maldita sea, la próxima vez le digo que al menos me deje un cambio de ropa.—Maldijo en voz baja mientras caminaba apurada hacia la parada.

—Maldijo en voz baja mientras caminaba apurada hacia la parada

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
casual ── chaesoo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora