✨Draco Malfoy ✨

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(Sangre)

El ruido de la multitud del pasillo se siente lejano, como si estuviera ocurriendo en otro mundo. Aquí, en la sala vacía de pociones solo estamos él y yo. Draco Malfoy y yo.

Solo en pensar en su nombre me causa angustia. 

Mi respiración es irregular, tratando de disimular el torbellino que siento dentro para poder hablar sin tartamudear (algo que por desgracia me pasa cuando me pongo nerviosa)  . No voy a darle el gusto de verlo. No a él. Llevo demasiado tiempo aguantándome sus burlas de mal gusto, y tras los "chistes" que soltó esta misma mañana sobre mi familia creo que he llegado a un límite que no sabia que tenia fin.

-¿Vas a seguir mirándome con esa cara o piensas decir algo?- la voz de Draco rompe el silencio con esa arrogancia que tanto detesto. Ni siquiera se ha molestado en moverse de donde está, apoyado contra la pared, con esa media sonrisa que me hace querer golpearlo. O besarlo. No, definitivamente no besarlo. Jamás.

-No tengo nada que decirte.-, respondo con frialdad, aunque estoy mintiendo. Podría decirle tantas cosas, empezar por lo insoportable que es o por el hecho de que siempre me desafía en todo. Pero no le voy a dar ese placer. Nunca he sido buena ocultando lo que siento, pero por él, haré una excepción.

-¿De verdad?.- Da un paso hacia mí, y siento cómo mi corazón se acelera, pero no de la manera que quiero. No. Esto es pura frustración. Pura ira. -Porque tienes esa mirada... como si quisieras arrancarme los pelos.

Sonrío, aunque por dentro quiero gritar. 

-Lo dices como si no me dieras motivos cada maldito día.- cruza los brazos sobre su pecho y me mira, evaluándome, como si fuera un juego para él. Siempre lo ha sido.

Lo odio. O al menos, quiero odiarlo. Desde el primer momento en que lo vi, arrogante y seguro de sí mismo y su estatus, sabiendo siempre cómo enojarme, no ha pasado un día sin que terminemos en algún tipo de enfrentamiento. Nos conocemos desde hace tiempo, lo suficiente como para que la tensión entre nosotros se haya acumulado a niveles de querer matarlo.

Pero ahora, con él tan cerca, algo ha cambiado. No sé qué es, pero está ahí, justo en el aire entre nosotros, haciéndolo difícil de ignorar.

-No entiendes nada, ¿verdad?.-, digo finalmente, sorprendida por mi propia voz, por lo rota que suena. Ni siquiera sé por qué lo dije. Debería guardar silencio y dejar que esto termine, como siempre. Pero no puedo.

Él frunce el ceño, confundido, como si por primera vez no supiera qué decir. 

-¿Qué es lo que no entiendo?

Da otro paso hacia mí, y ya está a menos de un metro. Demasiado cerca. No quiero sentir su calor, no quiero oler su colonia ni quiero notar cómo cada fibra de mi ser reacciona a él. Pero lo hago.

-Tú piensas que esto es un juego.- mi voz suena más firme ahora.-Siempre puedes empujarme, burlarte de mí, y que todo seguirá igual. Pero no es así.- mi garganta se aprieta, pero no bajo la mirada.-No puedes ganar siempre solo por que seas un maldito sangre pura.

Él se queda en silencio por un segundo, y entonces ocurre algo inesperado. Su sonrisa desaparece. Su expresión cambia, ya no es la burla de siempre. Es algo más... algo que no había visto antes. Vulnerabilidad. ¿O tal vez me lo estoy imaginando?

-No siempre quiero ganar- murmura, tan bajo que casi no lo escucho.

Lo miro, incrédula. Está a un suspiro de distancia, y puedo ver sus ojos, esos malditos ojos grises que tantas veces me han retado, y ahora parecen... distintos. Algo dentro de mí se remueve. No debería sentir esto. No debería estar tan consciente de lo cerca que está, de lo fácil que sería acortar la distancia.

Mi cuerpo traiciona a mi mente, porque antes de que pueda detenerme, doy un paso hacia él. 

-¿Entonces qué quieres?.- pregunto, mi voz apenas un susurro a punto del tartamudeo .

Su mirada baja a mis labios, y siento que el tiempo se detiene. Sé lo que va a pasar, lo sé desde hace días, quizá desde que comenzó esta rivalidad ridícula. Y aunque todo mi ser grita que no debo permitirlo, una parte más fuerte, más primitiva, no puede evitarlo.

-Esto.

Dice, en el siguiente segundo, sus labios están sobre los míos, cálidos, urgentes, como si ambos hubiéramos esperado demasiado.

Y, por un instante, todo el odio, toda la rabia y el desafío, se disuelven en el aire.

El mundo a nuestro alrededor se desvaneció en ese instante. No hubo más ruido, ni más nada.  Lo odiaba por hacerme sentir esto, por romper todas las barreras que había construido cuidadosamente entre el y yo. Pero más que nada, me odiaba a mí misma por ceder.Sus manos se deslizan por mi cintura, firmes pero sin forzar, como si me diera la opción de apartarme en cualquier momento. Pero no lo hago. En lugar de eso, mis manos encuentran su camisa, arrugándola con fuerza mientras lo acerco más, como si no hubiera suficiente espacio entre nosotros, como si no hubiera suficiente aire para llenar mis pulmones a menos que estuviera pegada a él.

El beso es una mezcla de todo lo que hemos guardado: rabia, frustración, deseo...¡Deseo? debajo de las capas de odio. Siento su respiración agitada contra mi piel y el latido de su corazón, rápido, tanto como el mío.

Pero, de repente, me invade una oleada de realidad. Esto no es lo que debería estar pasando. Me separo de golpe, dando un paso hacia atrás, intentando recuperar el aire que siento que he perdido. Mis dedos aún tiemblan. Me llevo una mano a los labios, incapaz de procesar lo que acaba de ocurrir.

-Esto... no debería haber pasado.- digo, la voz rota, como si estuviera tratando de convencerme a mí misma más que a él.

Él también se queda en silencio, su respiración aún irregular, mirándome como si no supiera qué decir. Algo en sus ojos se suaviza, algo que nunca había visto antes. Es como si, por primera vez, no fuera mi rival, sino simplemente alguien que también está perdido en todo esto.

-Yo...- comienza, pero se detiene, frotándose la nuca, incómodo. - Esto no ha pasado

Esas palabras me golpean como una avalancha. ¿Qué significan? ¿Qué es lo que está sintiendo? ¿Y por qué, diablos, me importa tanto?

Sacudo la cabeza, dando un paso más hacia atrás, creando el espacio que necesito para pensar. "Esto no cambia nada", logro decir, aunque mi voz suena más débil de lo que esperaba. 

-Seguimos siendo lo mismo. Seguimos siendo...

No puedo terminar por que tampoco sabria como describir lo que tenemos ¿enemistad? no se si es para tanto, pero tampoco lo podría catalogar como otra cosa.Él me mira por un segundo más, como si estuviera decidiendo si quiere discutir eso. Pero no lo hace. Solo asiente, sus ojos aún fijos en los míos. Odio cuando hace eso.

-¿Que es lo que quieres que seamos?

Y con esa frase, siento que ha ganado otra vez. Porque no lo puedo negar: algo ha cambiado. Algo dentro de mí que no quiero enfrentar, pero que es imposible de ignorar. Lo odio por lo que acaba de hacer, y lo odio aún más porque, en lo más profundo, sé que queria besarlo por alguna razón.

Sin decir más, doy media vuelta y me dirijo hacia la puerta, sintiendo su mirada clavada en mi espalda. Al salir, cierro los ojos por un segundo, intentando calmar mi respiración, intentando convencerme de que este solo fue un error. Que esto no significa nada.Pero sé que no es verdad. Y sé que, desde este momento, todo entre nosotros será más complicado.

✨𝓗𝓪𝓻𝓻𝔂 𝓟𝓸𝓽𝓽𝓮𝓻 𝓞𝓷𝓮 𝓢𝓱𝓸𝓽𝓼✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora