Vergüenza, eso era lo que sentía ahora mismo. Bueno, de hecho desde siempre había sentido vergüenza.
Era demasiado intensa y extrovertida, eso era un punto fácil para todas esas burlas. A pesar de llevar la apariencia de mi padre, en realidad no me parezco en nada a él. Detesto ser como él. En pocas palabras, nos llevamos mal. Ante sus ojos soy invisible, para él solo existe Boruto y Himawari. Cuando habla de sus hijos solo nombra a mis dos hermanos, dejándome de lado. No habla de mi, a no ser que le pregunten, si es así siempre responde lo mismo; “Natsumi es un caso aparte, ella es distinta.”
¿Distinta de qué?, ¿Porqué soy “distinta”?, ¿Qué tengo yo de distinta?, llevo su sangre en las venas. Soy una Uzumaki, la hija mayor de Naruto y Hinata Uzumaki. Hermana mayor de Boruto y Himawari. ¿Qué tengo de diferente?. No lo entiendo, y nunca lograré entenderlo. Y sobretodo nunca entenderé el motivo de las burlas de los demás hacia mi. ¿Porqué se burlan de mi?, siempre escucho lo mismo sobre mi; “Ella es la Uzumaki rara, el séptimo tiene razón con lo que es un caso aparte.”, “Es demasiado intensa, cansa demasiado a la gente.”.
¿Qué hay de malo en ser intensa?, no lo entiendo. Desde pequeña había soñado con ser Hokage como mi padre, pero ese sueño se esfumó cuando oí ese comentario.
“¿En serio crees que conseguirás ser Hokage?, solo eres una niña patética sin futuro alguno, Natsumi.”
Gracias por el comentario, pedazo de mierda. Por tu estúpido comentario renuncié a mi sueño.
Claramente con el paso de los años desperté intereses distintos, me empezó a gustar el maquillaje, las faldas, pintarme las uñas, comprar ropa... Básicamente todo lo “femenino”, o así lo llama la sociedad. Obviamente empezaron nuevas burlas por eso, traté de ignorar las burlas pero simplemente no podía. Cada comentario me duele más que el anterior.
La mayoría dice que cuando estás en tu peor momento aparece alguien para salvarte, pero, ¿Donde está mi alguien?. Llevo así años, desde los 6, y actualmente tengo 15. Estos 9 años nadie ha venido a salvarme. Y nadie lo hará, o eso creo. Necesito a alguien en quién confiar, alguien a quien amar. Pero no hay nadie.
Volviendo a la situación del momento, me siento realmente avergonzada. Ya ni siquiera puedo salir a caminar tranquila sin oír esos comentarios.
“Mírala, que patética.”
“Esa es la Uzumaki rara, me siento mal por su familia. Tienen que aguantarla diariamente.”
Cerrad la boca, simplemente, cerrad la boca. Intento no prestarles atención, pero tienen razón, y eso no puedo evitarlo.
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Dos días, llevaba ahí dos días. La misión a la que fui enviada junto a mis dos compañeros de equipo, Ryu y Eiji, se había complicado bastante. Nuestra misión era simple; infiltrarnos en una cueva de unos enemigos de la aldea del sonido para conseguir unos papeles con información valiosa para el Hokage. Pero no contábamos con que los enemigos fueran tan fuertes y ahora estamos aquí, medio moribundos.
