Marta suspiró mientras se dejaba caer en su sillón. Cerró los ojos disfrutando de un poco de paz por primera vez en horas.
Ser directora de la empresa no era nada facil. Aunque había tenido una pequeña experiencia en el puesto justo antes del lanzamiento de anhelos de mujer, en aquel tiempo había pesado más el dolor por el corazón destrozado que le había dejado su ruptura con Fina, y el estrés de la empresa había pasado a un segundo plano, por lo que estas primeras horas en su nuevo puesto estaban siendo un suplicio, y el dia todavía no había acabado.
Desde el dia anterior al lanzamiento de anhelos no había pasado tanto tiempo en ese despacho ni había atendido tantas llamadas una detrás de la otra, no solo debia atender los asuntos pendientes de aquel dia, si no ponerse al dia con las negociaciones que ya estaban en proceso, y atender los llamados de algunos clientes que habían dejado recados mientras la familia velaba a Jaime.
Parecía que su padre no había podido escoger una semana más atareada para ofrecerle el nuevo puesto.
Y si como todo lo que tenia por hacer no fuese suficiente, Isabel se había encargado de fastidiarle los pocos minutos de paz que había conseguido luego de que Fina abandonase la oficina.
Su secretaria había repetido hasta el hartazgo que solo quería ayudarla para que pudiera ponerse al dia, pero Marta de la Reina de tonta no tenia un pelo, y no tardó en notar que su secretaria solo estaba buscando que diese un paso en falso. Al igual que su hermano, debía estar deseando que el patriarca se echase atrás en su decisión.
Marta no se las iba a poner facil, sortearia cualquier obstáculo que su hermano o su secretaria colocasen en su camino asi eso significase terminar completamente agotada.
El sonido de la puerta al abrirse la sacó de sus pensamientos. Abrió los ojos esperando ver a Isabel con otra pila de recados, pero una sonrisa se formó en su rostro al instante al ver a la persona que ingresaba al despacho.
Fina lograba borrar todos los problemas a su alrededor y hacerla feliz solo con su presencia.
—Hola —La saludó su novia con una sonrisa cerrando la puerta detrás de ella-
—Hola, mi amor —Dijo Marta antes de suspirar, esta vez, relajandose al estar en compañia de la morena— Creí que no volveria a verte por la colonia hoy
—Yo tampoco planeaba venir —Admitió Fina dejando encima de la mesa del despacho una bolsa de tela, para luego rodear el escritorio y colocarse junto a Marta— Pero he visto que Isabel se marchaba de la colonia y no quise desperdiciar la oportunidad
Marta se giró un poco hacia Fina al mismo tiempo que la morena tomaba su rostro entre sus manos para besarla.
Llevaba todo el dia deseando besarla. Desde la mañana, cuando aceptó frente a su padre y sus hermanos el puesto de directora, no había podido pensar en otra cosa que no fuese contarle la enhorabuena a Fina.
Cuando su novia apareció en el despacho y la felicitó, Marta sintió la urgencia de comérsela a besos por ser tan comprensiva, pero el miedo de que Isabel entrase en el despacho la detuvo.
La secretaria era escurridiza, hacia el menor ruido posible al moverse por las oficinas y ese dia no paraba de hacerlo con la excusa de traerle pendientes de los que debía ocuparse.
Acababan de deshacerse de las fotos y Marta no quería arriesgarse a estar bajo el poder de nadie, especialmente de aquella extraña mujer que Marta aun no lograba descifrar del todo y en quien no confiaba en lo más minimo.
Las delicadas caricias de Fina la sacaron del nudo de preocupaciones que era su cabeza, trayendola de regreso a la realidad, donde la jornada había terminado, los pendientes esperarían hasta el dia siguiente, y donde lo único que importaba era el pequeño momento que compartían.
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Celebración | Mafin One Shot
FanfictionFina hace una segunda visita al despacho de la nueva directora de Perfumerias de la Reina para celebrar el ascenso