Atrapando La Eternidad

Capitulo 2

Los ojos de Bella se abrieron de par en par y dejó escapar un largo bostezo. Miró alrededor de la habitación en la que se encontraba y se confundió por un momento antes de recordar dónde estaba. —¿Heidi? Gritó en voz baja, notando la ausencia de la hermosa vampira en su habitación. Su corazón sintió una pequeña punzada de anhelo, ya que sin ella cerca, Bella se sentía completamente aislada.

Le sorprendió lo mucho que la presencia de la hermosa vampira ya podía consolarla: se sentía como si la conociera mucho más tiempo que las menos de 24 horas que habían pasado desde que la conoció, pero ella era la única a la que Bella realmente conocía aquí. Bueno, aparte de Edward, pero estaba encerrado en una mazmorra en algún lugar y ella realmente no quería hablar con él de todos modos.

La puerta de su habitación no tardó en abrirse. "Oye Bella, ¿me llamaste?" —preguntó Heidi en tono preocupado mientras entraba en la habitación.

"Uh, sí, me preguntaba dónde estabas, lo siento..." Bella se sonrojó y miró su regazo.

"No, no, no te disculpes, debería ser yo quien te pida perdón por no haber estado allí cuando te despertaste. Tuve que salir de la habitación durante unos minutos para informar a los chefs de que necesitaríamos que se prepararan comidas humanas para los próximos días". Heidi se acercó a la cama y se sentó cerca de la cabecera de la misma, agarrando ligeramente la mano de Bella. "Esperaba que no te despertaras hasta que regresara, no quise asustarte".

—Está bien, Heidi, te agradezco la idea. Bella le sonrió a la mujer mayor. "No tengo miedo, simplemente no estaba muy seguro de lo que se suponía que debía estar haciendo". Bella continuó.

"Bueno, el desayuno estará listo en unos 25 o 30 minutos si quieres prepararte para el día y vestirte con ropa nueva". —dijo Heidi—. "Me tomé la libertad de recuperar tu maleta que habías dejado en el auto de Alice Cullen, así que espero que tengas cosas para los próximos días. Después del desayuno, iba a darte un recorrido por el castillo, solo para que sepas dónde está todo, después de todo, va a ser tu hogar por un tiempo.

Bella miró hacia abajo con una expresión triste en su rostro. "Supongo que como me voy a convertir en uno de ustedes, ¿nunca volveré a ver a mis padres?" —preguntó Bella en voz baja.

—juró Heidi—. "Lo siento mucho, ha pasado un tiempo desde que me involucré en alguien y descuidé por completo pensar en tus padres humanos". —dijo Heidi, subiéndose a la cama y envolviendo sus brazos alrededor de Bella en lo que esperaba que fuera un abrazo reconfortante.

"Supongo que siempre supe que si me convertían en vampiro, sería necesario. Pensé que estaría preparado para ello, pero es... Bueno, es difícil". Dijo Bella, inclinándose hacia el abrazo e intentando calmarse. "La parte de no volver a verlos es dura, pero es aún peor que no van a tener ni idea de lo que me pasó, si sigo vivo o si morí en algún lugar después de huir y dejar una nota vaga en la nevera. Alguna hija soy —murmuró Bella—.

"Bella, no voy a fingir que no será difícil ni para ti ni para ellos, porque lo será. Sin embargo, quiero sugerir que encuentres una manera de ofrecerles un cierre si realmente te está molestando tanto, tal vez enviándoles una carta o algo con alguna gran historia sobre cómo encontraste tu vocación en la vida. Heidi suspiró. "No sé, tal vez algo un poco menos cursi, pero te haces una idea".

"Entiendo lo que estás tratando de decir, gracias Heidi". Dijo Bella y finalmente le devolvió el abrazo, sintiéndose un poco mejor ante la idea de que tal vez no tendría que obligar a sus padres a pasar por el infierno de una hija completamente desaparecida.

Permanecieron en su abrazo en un cómodo silencio durante varios momentos, antes de que Heidi se alejara a regañadientes (Bella notó un pequeño gemido mientras lo hacía). "Probablemente deberías meterte en la ducha si quieres tomar uno antes de que se sirva el desayuno". —dijo Heidi, antes de sonreír deliciosamente—. "Si quieres, ¿puedo ayudarte...? Me aseguraré de que todo esté bien lavado". Heidi se lamió los labios.