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03/10/15 Nota de Isi:

El primer día de clases comenzaba de la manera más normal y típica de la vida de un adolescente. Los típicos profesores dando los planes del lapso, dando reglas básicas expresando su punto de vista del nuevo año escolar y todo eso. Normalmente prestaba atención pero hoy simplemente me dedicaba a mirar la pizarra como si realmente tuviera algo importante y a escribir en esta libreta. No odio a las personas mucho menos a los profesores, pero justo ahora daría lo que fuese por quitarme las orejas y no escuchar más a la profesora. No le prestaba atención pero escuchaba los murmullos. Murmullos continuos y escandalosos, al menos no peores de los que se hacen en los recreos.

Mi escuela se podría decir es diferente, no hay cafetería es solo una simple cantina donde venden dulces, galletas, snacks y si acaso una cosa que le llaman "comida", tuve la dicha de probar la comida de este colegio cuando mi madre estuvo enojada conmigo el año pasado, y yo me veía obligada a preparar mi propia merienda, pero floja se nace y prefería comer basura, a levantarme temprano y prepararme algo; escribiendo de levantarse temprano, suficiente con tener que levantarme a las 5:30 para ir a mi infierno estudiantil, que comienza a las 7:00 y culmina a las 15:00. No tenemos horario de almuerzo, si deseas quedarte para alguna actividad extra, en la cantina venden la comida, que por cierto, es del asco.

Si te estas preguntando, ¿Recuerdas todo lo que pasa en un día y lo escribes cuando llegas a tu casa? La respuesta es: No. Llevo mi libreta al instituto y a casi todos los lugares y voy escribiendo todo lo importante que sucede. Esto no es muy importante pero escribir me ayuda a mantener mi mente entretenida y concentrada en algo. Hoy primer día de clases decidí sentarme al frente, para los próximos días simplemente me iría al final de la fila, como era lo habitual.

-Señorita Donat-al escuchar a la profesora decir mi apellido alzé la vista y la mayoría comenzó a soltar leves risitas. Inmaduros, ojalá tuvieran un apellido tan patético como el mío- ¿Si acaso esta prestando atención a lo que estoy diciendo?- dijo la profesora Quimsi con sus manos apoyadas en su cadera y mirándome fijamente.

-Profesora lo lamento- dije poniendo la peor cara que pude- Me siento fatal.

-Bueno pero no hable- dijo volteándose de nuevo a la pizarra ¿Qué le pasa a esta loca. Yo ni siquiera estaba hablando.

-No lo estaba haciendo- dije más para mi, en un tono de voz bajo, que para mi suerte fue ignorado, como básicamente todo lo que digo.

No pasó mucho tiempo y no pude retomar mi escritura ya que sonó la campana, tomé la libreta y el lapicero de mi mesa dispuesta a guardarlos; mientras guardaba las cosas con calma escuché que me hablaban.

-Te esperamos Isi?- dijo Alexia, una de mis mejores amigas; ¿sabes esas a las que estas pegada como un chicle y ellas a ti? Bueno esas amigas casi hermanas.

No sabría que hacer sin Alexia, ella sabe vivir la vida al límite y siempre divertirse; lo contrario a Karen, quien prefiere no arriesgarse y la tranquilidad de su casa, Claris es como una mezcla no tiene un patrón definido, hace solo hace lo que le parezca mejor según la situación. Ellas tienen 16, y yo soy un año menor pero voy en el mismo curso ya que me adelantaron un año. La prepuberta del salón, en todos los sentidos, la más plana, la más bajita, y la que tiene menos experiencia; sueno exagerada, pero al parecer un año si hace gran diferencia.

-Si, ya voy- dije colocando la mochila en mi hombro y levantándome de mi asiento.

Fui con mis amigos por los pasillos llenos del instituto hasta el salón de la próxima clase, Historia Universal. Yey mi materia favorita –Nótese mi sarcasmo– Cuando llegábamos al salón lo vi. Colby Gray, y no, no es mujeriego ni playboy ni nada por el estilo, es de los que tienen una novia fija, o eso es lo que tengo entendido, que todas babeen por el es otra cosa, para mi el es solo uno más.... ¿A quien engaño? Estoy completa y estúpidamente enamorada de él; no es por su físico, tal vez eso influya, pero no es lo que más me atrae, es por su forma de ser, dulce, tiene un gran sentido del humor y es amable, esto lo digo como si realmente fuésemos amigos aunque nunca le he hablado, y sinceramente me avergüenza el simple hecho de pensarlo, normalmente me considero una persona muy sociable y con él es diferente, por alguna extraña razón.

Si te digo te amo... |Pausada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora