El diario de un artesano

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"Blake, ¿te divertiste aquí?" preguntó.

—Sí, fue una experiencia divertida, Erika. ¿Ves? También puedes invitarme a tu casa. Yo también me divertí. Tu padre es un buen hombre —dije.

—¡Sí! Lo sé... Papá es el mejor... —dijo.

Erika se quedó dormida rápidamente después de tomar un baño caliente y yo decidí cerrar los ojos a su lado, mientras ella aún no soltaba mi mano.

De repente, en mitad de la noche me desperté.

Me di cuenta que su cálida mano ya no sostenía la mía, cuando miré a mi lado, Erika no estaba allí.

¿Estaba en el baño? Supongo que no debería preocuparme tanto.

Decidí cerrar los ojos y volver a dormir, pero escuché ruidos abajo de las escaleras.

¿Podría su padre estar trabajando tan tarde en la noche?

Erika…

Tenía un mal presentimiento sobre esto…

Salté rápidamente de la cama mientras caminaba lentamente por la oscuridad de la noche.

Infundir Qi en mis ojos me permitió usar la Técnica de Visión Nocturna, por lo que pude ver claramente en la oscuridad sin muchos problemas.

Bajé las escaleras rápidamente y sigilosamente, sin hacer ningún ruido.

Llegué rápidamente al primer piso después de comprobar que ella no estaba usando el baño del primer piso.

Dentro de la oscuridad había muchas velas encendidas alrededor.

Y entonces vi la figura de un anciano, Gustav, trabajando intensamente en algo, elaborando algo, pegando cosas, mientras sus Hilos de Titiritero se movían.

Noté que los ojos tiernos habían desaparecido, ya que sus ojos se habían vuelto obsesivos, estaba sudando profusamente por todo su rostro y tragando saliva.

Mientras murmuraba algo mientras trabajaba en algo que tenía sobre la mesa.

—Erika... Tienes que madurar un poco ahora... Erika... No te preocupes... querida... Papá te curará... Tan... cansada... —suspiró. Estaba trabajando con todas sus fuerzas y alma en algo...

Miré ese algo usando mi visión nocturna.

Había una muñeca grande con cabello rosa.

Tenía el estómago abierto y le faltaban varias extremidades.

Ella se parecía a Erika.

Sus ojos…estaban abiertos.

Y ella parecía tener dolor.

"Papá, me duele…"

¿Eh?

Habló…

"Detenerse…"

Habló de nuevo.

"No puedo... Debes... crecer querida... No puedo..."

Gustav murmuró esas palabras, respondiéndole a la muñeca parlante.

¿Estaba usando sus poderes sobre esta muñeca para que pudiera hablar?

No…

Ya tenía mis sospechas antes pero…

Esto es…

-Papá… ¿Seré una niña de verdad algún día? -preguntó la muñeca.

—Sí… Serás una niña de verdad algún día… Te… Te lo prometo… —murmuró su padre, mientras pequeñas lágrimas empezaban a brotar de sus viejos ojos.

Vampire Summoner's Rebirth: Summoning The Vampire Queen At The StartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora