Capitulo único.

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     La Iluvia no era su agradó, no desde el momento en que se volvió un ronin. Pues está mísma le había hecho pasar por noches difíciles en más de una ocasión, haciéndole sentir tan empapado que nunca podría volver a sentirse secó. No había excepciones. A él no le gustaba la lluvia… así cómo no le gustaba esa noche lluviosa, en la que se vio obligado a alejarse del camino y resguardarse bajo el techo de un santuario.
    Extendió la mano, sintiendo las gotas del agua helada contra su palma terciopelada; la cuál enseguida empapo su mano, y tan pronto sintió las gotas caer por sus dedos apartó la mano.

-Veo que realmente no te gusta la lluvia.

Casi se sorprendió al escuchar esa voz.

     Aún así mantuvo su vista sobre el cielo oscuro, sin luna ni estrellas. Sus oídos además de la tormenta, habían captado el ruido casi silencioso de unos pasos sobre los charcos de agua que se formaban en los pequeños surcos del suelo semi cubierto con piedras. Cuando finalmente bajó la mirada, pudo ver a la Kunoichi acercándose a unos pasos de distancia.

-Y yo no entiendo cómo puede gustarte a tí. _respondió.

    Podía ver qué a Chizu no le molestaba realmente la lluvia, puesto que la Kunoichi andaba bajo la lluvia sin siquiera molestarse en cubrirse o querer resguardarse de la lluvia con la misma urgencia a la que él quiso ponerse seguro y secó bajo el techo del santuario.

    Aunque quizás debería sorprenderse más por haberse encontrado con ella, en lugar de verla tan tranquila bajo el agua casi helada.

-Puede decirse que es como un capricho. _poco después de su respuesta, Chizu finalmente llegó bajo el techo del santuario también. Escurriendo agua de sus ropas.

     Usagi lo miró y se quejó silenciosamente para sí mismo en sus adentros, por el estado tan empapado de la kunoichi. Regreso la mirada al frente, continuando viendo el agua caer y los ocasionales relámpagos iluminando el manto oscuro cubierto de espesas nubes.
     Algo más que le molestaba de la lluvia, era como ese condenado y molesto clima distorsionaba la vista, causando que no viera más allá de las estatuas komainu; ni siquiera podía ver la puerta torii. Antes de seguir quejándose internamente de la lluvia, escuchó los pasos pesados de Chizu (aún debido a su estado tan mojado) y le dedicó una mirada de reojo, observándola de pie mientras hacía por apretar las partes sobrantes e inferiores de su vestimenta y los torcia hasta escurrir el agua, al menos teniendo la decencia de hacerlo fuera del piso secó en el que estaban.

-¿No vas a decirme por qué no te gusta la lluvia? _nuevamente fue Chizu la que rompió el silencio entre ambos. Y una sonrisa no tardó en dibujarse en sus labios, en compañía de un tono burlón._ Siempre buscas una oportunidad para hablar sobre tu historia, o sobre cualquier anécdota tuya.

     La pregunta fue inocente, sin malicia y podía percibir que se trataba de una curiosidad.

<<¿Por qué no me gusta la lluvia?>>
_repitio internamente, como si pensará en gran detalle en ello. No era tan difícil su desagradó por la lluvia.

-La lluvia y un ronin como yo no van de la mano. _le contesto de forma sencilla. Agregando también vagamente lo que anteriormente repasaba sobre su desagrado por las tormentas.

     Pero siendo honesto consigo mismo, se sentía melancólico. Guardo ese sentimiento para sí mismo y levantó la mirada, viendo las nubes moverse muy lentamente por el viento.

-¿Por qué te gusta a ti?

-Me gusta ver la lluvia. _empezo de forma sencilla, terminando de escurrir todo el exceso de agua en sus ropas. Quizás ella no tenía porqué decirle al conejo ronin los motivos por los cuales disfrutaba de la lluvia, pero en ese momento con la lluvia y la sorpresiva; pero agradable compañía de Usagi la hicieron continúar._ Me encanta la lluvia. _dijo, sonando sincera tan sincera como algunas veces se mostraba con el samurái._ Desde que me volví como tú… y huyó de los míos, la lluvia me ha traído consuelo. Es como una fiel compañera que me quita las penas, y los fracasos que voy acumulando y pesan en mis hombros. Siento como si me limpiará, me diera un sentido de reinició y más vitalidad.

     Para ella la lluvia no era dolor, pena, ni pérdida. Tampoco rechazo o desesperación, aún cuando constantemente la traicionan e iba tras su cabeza, o fallaba en sus intentos de levantar a su clan.

    Por su parte, eso para Usagi era un error. El sentimiento de alivio y de que se podía empezar de nuevo era un tanto infantil. Esa molesta agua helada eran tan-… ese clima  nunca le dió ningún consuelo.
Le hacía anhelar un lugar cálido y seguro dónde resguardarse y descansar tranquilo, un lugar al que muchos llamaban hogar.
     Aún así la escuchó de forma atenta y no la interrumpió, tampoco compartió lo que sentía tan profundamente, para no arruinar el momento de Chizu. Después de unos segundos de más tranquilo silencio, a excepción del agua caer… y giró a su lado, viendo una vez más a la kunoichi. Ya no escurría la misma cantidad de agua de antes, lo que calmaba un poco al samurái.

    Se acercó a la felina. el calor en el cuerpo de la ninja le hizo ver enseguida qué tan frío era en realidad el agua. Reafirmando su pensamiento en que no saldría de allí hasta que la lluvia no se detuviese.
No sé sorprendió cuando Chizu lo tomó el brazo del brazo con una de sus manos mojadas. Sujetándolo con delicadeza, para descansar su cabeza muy ligeramente sobre su hombro; para no empapar el haori con su cabello húmedo. Usagi regresó la mirada al frente, y él mismo tomó la mano de su acompañante con la suya.

El agarre de ambos poco a poco de volio cálido y reconfortante.

   Esa noche lluviosa de las muy contadas en más que el samurái no odió tanto la lluvia, encontrando tranquilidad.

Drabble ㄩ丂卂Ꮆ丨 ㄚㄖフ丨爪乃ㄖ// &quot;I talk to the rain&quot;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora