Capítulo 1

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La neta no se porque lo escribí. Era algo que tenía planeado hace un mes. Tenía ganas de escribir rule 63. Aunque no terminé haciéndolo hice algo similar.

Inspirado en el libro del link. [ creador y nombre del libro en la descripción ]

https://www.fanfiction.net/s/14372756/0/

Y vuelvo a escribir contenido Paw Patrol después de tanto tiempo. Lo lamento chicos.
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Los miembros de Paw Patrol estaban esperando a que Rocky terminara con un invento que estaba trabajando. El aire estaba cargado de anticipación, y los cachorros apenas podían contener su emoción. Chase daba vueltas en círculos, su cola moviéndose tan rápido que parecía un ventilador peludo. Rubble, por su parte, había construido una pequeña torre de galletas para perros, asegurando que era para "mantener la energía durante la espera".

Marshall, Zuma y Everest se habían acercado a la mesa de Rocky para ver si podían echarle una mano, pero él les había pedido que se mantuvieran alejados mientras terminaba los últimos ajustes. Los tres cachorros se habían puesto a jugar con una pelota, tratando de no molestar a Rocky, pero sin perder de vista su invento. Sin embargo, su juego se parecía más a una versión canina del ping-pong que al fútbol, con la pelota rebotando erráticamente entre ellos.

"¡Cuidado, Zuma!" gritó Marshall mientras lanzaba la pelota con demasiada fuerza. Zuma se agachó justo a tiempo, y la pelota pasó volando sobre su cabeza, rebotando en la pared y regresando directamente hacia la cara de Marshall.

"¡Ay!" exclamó Marshall, cayendo de espaldas con la pelota pegada a su nariz. "Creo que acabo de inventar un nuevo deporte: el boomerang-ball."

Everest no pudo contener la risa. "Marshall, eres el único perro que conozco que puede hacer que una pelota lo persiga."

Mientras tanto, Rocky seguía trabajando en su invento, murmurando para sí mismo y ocasionalmente soltando risitas de emoción. Los otros cachorros lo miraban con una mezcla de curiosidad y ligera preocupación, preguntándose qué clase de locura habría inventado esta vez.

"¡Skye! ¡Ven aquí, rápido! ¡He terminado!" exclamó Rocky levantando la cabeza con entusiasmo, sus ojos brillando como si acabara de descubrir una mina de huesos para perros.

"¡Ruff, Ruff! ¿De verdad, Rocky? ¿Has acabado tu invento?" preguntó Skye corriendo hacia él, emocionada por la noticia. Dio un salto mortal en el aire, aterrizando perfectamente junto a Rocky.

"Sí, cuéntanos, Rocky. ¿Qué es lo que hace exactamente?" Preguntó Rubble, siguiendo a Skye con curiosidad. En su prisa, tropezó con su propia torre de galletas, enviándolas a volar por los aires. "¡Oh, no! ¡Mis galletas!"

"¡Sí, dinos, Rocky! ¿Qué es esa cosa tan rara que tienes ahí?" se sumó Chase, acercándose al grupo. Intentó atrapar algunas de las galletas voladores de Rubble con su boca, logrando salvar unas cuantas.

"Pues verán, amigos, este es el cambiador de género, un dispositivo que puede transformar a cualquier persona en el sexo opuesto. ¿No les parece increíble?" explicó Rocky con orgullo, sonriendo como si acabara de anunciar que había inventado la comida para perros que nunca se acaba.

El silencio que siguió a su declaración fue tan profundo que se podría haber escuchado caer un pelo de cachorro. Los otros perros se miraron entre sí, sus expresiones oscilando entre la confusión y la incredulidad.

"¡Wow, Rocky! Eso es alucinante. ¿Cómo funciona?" preguntó Skye, asombrada por la revelación, dando pequeños saltos de emoción.

"Es muy sencillo," comenzó Rocky, hinchando el pecho con orgullo. "Solo hay que pulsar este botón y apuntar con esta antena a la persona que queramos cambiar. Entonces, una onda de energía recorrerá su cuerpo y lo modificará por completo. ¿No les gustaría probarlo?" señaló Rocky, entusiasmado, moviendo las cejas de manera sugestiva.

Ladridos, Hocicos y Colas IntercambiadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora