Parte 5 Convenio

9 1 24
                                    

YooJin empujó la puerta suavemente, el sonido de la cerradura fue lo único que rompió el silencio de la casa. Sujetaba con fuerza un gatito de peluche que Hyungwon había ganado para ella en el parque. Su sonrisa no se había desvanecido desde que se despidieron.

—YooJin, ¿eres tú? ¿Dónde has estado? —preguntó su madre apresurándose al recibidor, desde la sala. 

—¿Con quién estabas? —Apareció el señor Han detrás de su mujer—. Se supone que estabas en el café de gatos y luego regresarías a casa. 

YooJin se detuvo en el umbral de la sala, apretando el peluche contra su pecho. Respiró hondo, tratando de calmarse antes de responder. 

La sala es espaciosa y luminosa, con grandes ventanales que permiten que la luz natural inunde el espacio. Los muebles, de líneas limpias y colores neutros, están dispuestos de manera que invitan a la conversación y al descanso. Un sofá de tela suave, acompañado de sillones tapizados en tonos cálidos, está dispuesto alrededor de una mesa de centro de madera oscura, sencilla pero elegante. Una alfombra tejida a mano cubre parte del suelo, añadiendo textura y una sensación de calidez. En una esquina, una estantería baja de madera clara alberga una discreta colección de libros y algunos recuerdos familiares, junto a un jarrón con flores frescas. La decoración es minimalista, pero cada elemento parece haber sido cuidadosamente seleccionado, creando un ambiente sereno y acogedor, ideal para una tarde tranquila en familia.

Aunque tienen los recursos para rodearse de lujo, los padres de Yoojin valoran la vida en familia y los buenos principios, y eso se nota en los pequeños detalles: fotografías familiares en marcos discretos adornan una pared cercana. La disposición del espacio fomenta la cercanía; es un lugar donde las reuniones familiares y las conversaciones profundas son más importantes que las posesiones materiales. Cada rincón de la sala refleja el compromiso de la familia con lo que realmente importa: el tiempo juntos y el respeto por los demás.

—Salí con... un amigo —dijo Yoojin con algo de temor ante sus reacciones—. Lo siento, no me di cuenta de la hora.

—Un amigo... ¿Y te fuiste sin avisar? —preguntó la señora Park, cruzando los brazos. Se notaba claramente inquieta—. Yoojin... podías haber avisado. Queremos que tengas una vida normal, que salgas, que tengas amigos. Pero, no que te pierdas de esta manera. 

—No queremos ser sobreprotectores, Yoojin. Pero, no podemos arriesgarnos a que algo te pase y ni siquiera sepamos donde estás. ¿Qué sucedió con tu celular? Te hemos estado llamado. 

YooJin bajó la mirada, sintiéndose un poco culpable por haberlos hecho pasar un mal rato, pero al mismo tiempo, no quería compartir demasiados detalles. Hyungwon era algo demasiado especial como para explicarlo ahora. Prefería guardarlo un poco más para sí misma.

—Lo sé, de verdad lo siento. Fue solo una tarde tranquila, no hice nada que me pudiera afectar. Solo... disfruté del día.

La señora Park miró a su esposo con preocupación, sin estar completamente convencida de su respuesta. 

—¿Quién es ese amigo? ¿De qué familia es?

Aunque la familia Han es amable y acogedora, el contraste entre ellos y Hyungwon es innegable. Hyungwon, conocido por involucrarse con mujeres adineradas solo por interés económico y por vivir de las apuestas, trae consigo un historial que choca con los valores tradicionales de los Han. El estilo de vida que ha llevado lo aleja de esa armonía familiar. Más bien, parece una figura fuera de lugar.

—Es solo un amigo, papá, no lo conocen. Ahora... solo quisiera descansar. 

Sus padres intercambiaron miradas, no están conformes con su respuesta; pero, por ahora lo dejarán pasar. Es su madre quien finaliza la conversación. 

Hyungwon Y Yoojin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora