Y como penúltimo acto de amor...

Toma mi mano y reencarnemos, juntos

Algún día leerás esto y solo espero que suceda cuando tengas la edad apropiada, no porque haya cosas que requieran cierta madurez para saberlas; sino, porque hay sentimientos que requieren de la comprensión de una realidad abstracta.

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años atrás,
millones y millones,
nada se veía
como se ve hoy día.
ni siquiera se pretendía
que este mundo existiría.

dicen,
que este fue creado
por un ser cuya existencia
está por encima de
la tuya o la mía.

un ser que creó
cielo y mar,
y en esa masa gigante de
agua hizo flotar,
un montón de islotes
gigantes de tierra
para habitar.

y eso es lo que dicen,
pero esto es lo que sé:
existían seres
que no eran como
tú o como yo,
eran ángeles.

¿cuál era su labor?
seguro te lo has
de preguntar,
pues quisquillosamente
importante:
vigilar y vigilar.
pues sí, habían bípedos
cómo tú y como yo,
pero los ángeles
podían volar.

ir a los más alto,
hablar con dicho ser,
informarle de
todo lo que pudieron ver
y, cuando quisieran,
a tierra podían volver.

solo había una regla para ellos:
existían para ejercer.
no se les permitía
vivir,
amar,
vagar;
no podían sentir o ser.

a paso veloz, te imaginarás,
qué fue lo que pasó.
te lo resumo
en una frase:
uno de ellos, mucho voló.

alcanzó a sentir,
lo que otro ángel
nunca había sentido.
ella,
esa ángel,
con un ser corriente
se había perdido.

lastimosamente,
y perdón por lo trágico,
fueron descubiertos
y juzgados por
el omnipotente,
quien condenó sus actos.

los separaron,
los condenaron,
los aislaron.
...
pero no pasa nada,
ambos escaparon.

cosa que
no debieron hacer,
pues se dió
la orden de
hacerlos desaparecer.
ninguna criatura
debía saber,
que
una ángel
y
un humano
llegaron a amar-se.

ésta,
no es la misma historia
que todo el mundo sabe.
en esa se habla,
que de el cielo
se cayó un ángel.

esto que te relato,
pasó mucho tiempo antes.
el humano y ella,
juraron volver
a encontrarse.

tomando sus manos,
en un aliento último,
juraron reencarnar
para poder estar juntos.

como promesa quedó,
pero aquel ser los maldijo.
cielo y tierra temblaron
mientras se escuchaba
la sentencia en un grito:

"es simple,
mientras uno respire,
el otro vivirá.
cuando uno perezca,
el otro también lo hará.
a estar juntos los condeno,
pero deberán,
nuevamente,
atravesar
cielo y tierra primero".

cabezas roraron
y de esto nunca
se dieron testimonios,
los tiempos han cambiado
y me están alcanzando
muy rápido mis demonios.
te he buscado
como un loco, ángel,
y todavía no te encuentro;
me vi obligado
a tener una vida,
por no haber
buscado en tierra y cielo,
dejando tu nombre
inmortalizado en
este período de tiempo.
ya estoy cerca del final,
pero aún tengo esperanza
de que me leas, antes
de que nos llegue el momento.