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Sé que todos conocéis a los Lobos, esos hombres peligrosos, fuera de la ley, enormes, musculados, apestosos, atractivos y con la polla enorme. Sé que os habrán contado lo increíble que es pasar El Celo con ellos y que os follen como nunca en vuestra vida. Pero aquí estoy yo para advertiros de los problemas y peligros que eso puede llegar a daros. Soy Hoseok, esta es mi historia, y os contaré cómo mi vida se fue completamente a la mierda, los muchos errores que cometí y la forma en la que pasé a formar parte de la puñetera Manada. Empezaré con una advertencia: una vez que un estúpido Lobo se enamora de ti, no hay vuelta atrás... Eso es algo que me hubiera gustado que me hubieran dicho cuando Mary me llamó y dijo que había conseguido entradas para el Club Luna Llena, porque yo no me imaginé lo muchísimo que mi vida iba a cambiar desde ese momento. Solo seguí reponiendo los cartones de leche y respondí:

-No voy a ir.

-¡Vamos, Hoseok! Me prometiste que vendrías conmigo.

-No. Yo no te prometí una mierda -le recordé-. Si quieres ir a uno de esos clubs de lobos, vete tú sola.

-Es peligroso ir sola. Necesito que alguien me acompañe.

-Si es peligroso, ¿por qué vas? -le pregunté, alzando la mano en un gesto de incredulidad que Mary no pudo ver.

-Dentro de poco será El Celo...

-Ogh... -puse los ojos en blanco y negué con la cabeza antes de coger otro tetrabrik de leche y dejarlo en la balda junto a los demás-. Eso sí es peligroso.

-No es peligroso -y se quedó callada un par de segundos-. No tiene por qué serlo si vas preparada. Mi amiga Nancy, la del trabajo, lo hizo una vez y dice que es una experiencia que hay que vivir. Dice que el sexo ya nunca vuelve a ser igual después de tener a una de esas bestias encima durante cuatro días.

-¿Tu amiga Nancy?, ¿la que no sabe diferenciar el fax de la fotocopiadora? ¿Esa amiga?

-Sí, esa -afirmó. Hubo un sonido metálico y Mary no volvió a hablar hasta darle un par de tragos a la cerveza que acababa de abrirse-. Escucha, Hoseok. Me acompañas al club este viernes, te invito a las copas y bailamos un poco tú y yo. ¿Qué te parece?

-Me parece que no se te va a acercar ningún lobo si ven como bailas - respondí, levantándome del suelo cuando terminé de poner todos los tetrabriks de leche en su sitio-. De todas formas, ¿cómo vas a... ligar o lo que sea que vayas a hacer allí, si yo estoy contigo?

-Eso no importa, pueden oler que eres gay.

Dejé la caja vacía con la imagen de una vaca sonriente sobre el mostrador de la tienda y me quedé en silencio mirando los carteles donde se pedía educadamente a los clientes que «por favor, no robaran».

-Pueden olerlo... -repetí antes de soltar un bufido y volver a negar con la cabeza-. ¿Y tu desesperación pueden olerla o no?

-Espero que sí, porque no voy a llevar bragas.

Puse una mueca de asco y me llevé una mano al rostro para frotarme el puente de la nariz.

-Oye, Mary -murmuré-. ¿Estás segura de todo esto? Los lobos... no son una broma.

-Soy una mujer adulta, Hoseok. Sé lo que hago -bebió un par de tragos más y soltó un jadeo-. Te recojo el viernes a las ocho.

-¿A las ocho? -exclamé-. Ni siquiera es de noche a esa hora.

-Vamos a una charla educativa antes del club -anunció-. Será como volver al centro de menores, ¿eh? -se rio un poco y después, simplemente, colgó.

Bajé el móvil y resoplé. Como muchos de los planes de Mary, aquello iba a salir mal. Y salió terriblemente mal, solo que no de la forma que yo me esperaba.

HUMANO ㅤ[VHOPE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora