CAPÍTULO 4

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Acabo pronto con las citas del martes y salgo de la nueva y preciosa vivienda unifamiliar de la señora Kent, en el centro de la ciudad, a las seis y unos minutos.
La señora Kent es la esposa terriblemente consentida del señor Kent, director ejecutivo de Kent Yacht Builders, y esta casa de Kensington es su tercer hogar en cuatro años. Me he encargado del diseño interior de todos ellos. En cuanto el trabajo está terminado, la mujer decide que no se imagina envejeciendo allí, y eso que ya ronda los setenta años, de modo que la casa sale al mercado, se vende y yo empiezo de cero en su nuevo domicilio.
Cuando tan sólo un mes después de terminar de decorarla se mudaron y vendieron la primera casa en la que había trabajado, me traumaticé un poco. Era el primer contrato que había conseguido tras empezar a trabajar para Wooshik. Pero no tardó en volver a llamarme para que fuera a ver su nueva morada.

—"Taehyung, querido, no es culpa tuya. Es que no la sentía como mi hogar" —me dijo con voz cantarina por teléfono.

Así que ahora me encuentro trabajando en la tercera residencia de los Kent con las mismas instrucciones que me dieron para las dos viviendas anteriores, lo cual es una ventaja porque me evita tener que buscar nuevo mobiliario. Y también amortigua el sablazo a la cartera del señor Kent.

Me meto en el coche y arranco en dirección a Seven. No le he contado a Jimin por qué voy a llegar tarde a casa. Sólo habría conseguido que se preguntase por qué voy a volver a Red Moon. Y entonces le mentiría y le contaría la misma mierda que me cuento a mí mismo: que trabajar allí es beneficioso para mi currículum. Sus encantos no influyen en mi decisión, para nada.
Esta vez me detengo junto al portero automático, pero cuando me dispongo a bajar la ventanilla, las puertas comienzan a abrirse. Miro hacia la cámara y supongo que John debe de estar esperándome. Le dije sobre las siete y ya son y cinco. Atravieso las puertas y avanzo por el camino de grava hasta el patio. John me aguarda en los escalones, frente a la entrada de puertas dobles, con las gafas de sol puestas.

—"Buenas tardes, John" —lo saludo mientras cojo mi carpeta y mi bolso.

¿Me hablará hoy?
No, sólo saluda con la cabeza y se vuelve para regresar a Red Moon Yo lo sigo hasta el bar. Hay más gente que la última vez que vine. Probablemente sea por la hora.

—"Mario" —dice con voz grave.
Un hombre menudo aparece por detrás de la barra.

—"Dime".

—"Ponle una copa al joven Kim" —John me mira con los ojos todavía ocultos tras las lentes oscuras. —"Ahora vuelvo. Jungkook quería comentar algo".

—"¿Conmigo?" —le espeto, y me sonrojo al instante ante mi brusquedad.

—"No, conmigo".

—"¿Está en su despacho?" —pregunto nervioso.

Estoy haciendo demasiadas preguntas sobre algo muy trivial, pero él me había asegurado que me dejaría trabajar con John. Con sólo pensar en ese hombre me vuelvo un manojo de nervios. Jamás pensé que ocurriría algo así, pero me siento mucho más cómodo con el grandullón. Para empezar, sé que con él soy capaz de controlarme. Los labios de John se tensan, es evidente que está conteniendo una sonrisa. Me lamento para mis adentros. Él lo sabe.

—"Tranquilo, doncel" —Se vuelve y lanza una mirada burlona a Mario. El camarero de baja estatura le responde sacudiendo la bayeta.
¿De qué va todo esto?
John, muy serio, se despide una vez más con un gesto de la cabeza antes de marcharse y dejarme con Mario en la barra.
Echo un vistazo a mi alrededor y advierto la presencia de un doncel que ríe junto a un hombre de mediana edad en una mesa cercana. Es el mismo doncel con el que coincidí en los baños el viernes pasado. Viste un traje de pantalón negro y tiene un aspecto extremadamente profesional. Debe de llevar aquí un tiempo, tal vez por negocios. El hombre que lo acompaña se levanta y le tiende la mano con cortesía. Él la acepta y sonríe mientras se pone de pie y deja que la cobije bajo su brazo y lo guíe fuera del bar mientras charlan entre risitas.
Me siento en un taburete mientras espero a John y saco el teléfono para ver si tengo algún mensaje o llamada.

SEDÚCEME - KOOKVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora