En el amor, las mariposas representan ese primer cosquilleo en el estómago, una mezcla de emoción, nerviosismo y anticipación. Son el símbolo de lo inesperado, de la magia que surge cuando dos personas empiezan a descubrirse mutuamente. Esos momentos en los que el corazón late más rápido, cuando una simple mirada o una palabra pueden hacer que todo el mundo alrededor se desvanezca.Pero también, las mariposas son frágiles, efímeras. Al igual que el amor, necesitan ser cuidadas, alimentadas con delicadeza y atención. Representan lo hermoso y lo incierto del enamoramiento, esa sensación de estar al borde de algo maravilloso, pero también el miedo de que todo podría desvanecerse en un suspiro.