Taehyung abrió los ojos lentamente, y lo primero que captó su mirada fue la nívea y delicada espalda de su bello esposo. Sin poder resistir la tentación, deslizó su mano suavemente desde la cadera de Jungkook, siguiendo la curva de su cintura.
Observó con deleite cómo la espalda de Jungkook se movía al compás de su respiración, y cómo su cuerpo se giraba lentamente hacia él. Con una sonrisa llena de amor y ternura, Taehyung se acercó más, rodeándolo con sus brazos en un cálido abrazo.
Sus manos recorrieron con suavidad la espalda baja de Jungkook, dibujando pequeños círculos mientras sus dedos acariciaban la piel con devoción. Sus labios, ansiosos por sentir el contacto, se posaron sobre el cuello pálido de Jungkook, rozándolo con delicadeza y llenándolo de besos.
-Buenos días, amor -susurró Taehyung contra la piel suave de Jungkook, su aliento cálido provocando un ligero estremecimiento en el otro.
Jungkook rió suavemente, su risa resonando como una melodía que llenaba la habitación de calidez-. Buenos días, Tae -respondió, sus ojos brillando con una mezcla de alegría y ternura.
Taehyung no pudo evitar sonreír ante la respuesta, sintiendo una oleada de felicidad inundar su corazón. Acarició el rostro de Jungkook con la yema de sus dedos, trazando líneas invisibles sobre sus mejillas y labios.
-¿Dormiste bien?
Jungkook asintió, sus ojos cerrándose momentáneamente mientras disfrutaba de las caricias-. Contigo a mi lado, siempre -respondió con sinceridad, atrayendo a Taehyung aún más cerca, sintiendo la seguridad y el calor de su presencia.
Taehyung sonrió ante la respuesta, y, con un movimiento lento y cuidadoso, colocó un suave beso en la frente de Jungkook. El beso se prolongó, cargado de promesas silenciosas y de un amor profundo que no necesitaba palabras para ser comprendido.
-Hoy quiero pasar todo el día contigo -dijo Taehyung, su voz apenas un susurro-. Solo nosotros dos, sin preocupaciones ni interrupciones.
Jungkook abrió los ojos, su mirada encontrándose con la de Taehyung. En esos ojos vio reflejado el mismo deseo, la misma necesidad de compartir momentos sencillos. Sin embargo, recordó que Taehyung tenía obligaciones que cumplir.
-Me encantaría, pero... -respondió Jungkook con un toque de gracia en su voz-. ¿No tienes que ir a trabajar hoy?
El rostro de Taehyung cayó, frunciendo el ceño como un niño al que le han arrebatado su juguete favorito. Se dejó caer nuevamente sobre la cama, abrazando la almohada y enterrando su rostro en ella.
-No quiero ir a trabajar -murmuró, su voz apagada y llena de frustración-. Quiero quedarme aquí contigo.
Jungkook no pudo evitar reírse suavemente ante la adorable escena. Se inclinó hacia Taehyung, acariciando su cabello con ternura-. Amor, sé que no quieres ir, pero tienes responsabilidades. El trabajo es importante.
Taehyung levantó la mirada, sus ojos brillando con tristeza -. Pero hoy es especial. Quiero que sea un día solo para nosotros.
Jungkook le dio un beso suave en los labios, tratando de consolarlo-. Te prometo que cuando vuelvas, haremos que cada minuto cuente. Te esperaré aquí, y podremos disfrutar juntos de la noche.
Taehyung suspiró, sabiendo que Jungkook tenía razón. Lentamente se levantó de la cama, preparándose para el día, pero con un puchero visible en su rostro.
Antes de salir, se volvió hacia Jungkook, quien lo observaba con una sonrisa comprensiva-. Prometo que hoy volveré más temprano -dijo Taehyung, mirándolo a los ojos-. Y entonces, será solo para nosotros.