Segunda parte de la serie «LECCIONES DE ARTES MARCIALES».
¿Se puede un asesino enamorar?
Sigue a Drew, el hermano de Líen, mientras aprende todo lo que lo llevó a ser el antagonista de una historia mal contada.
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Autor: Hace unos días tuve el placer de entrevistar a tu hermano, hoy te toca el turno. ¿Te emociona la idea?
Líen: Emocionarse por destacar no me parece nada sano. Habla de las dificultades personales por llamar la atención, ¿no?
Autor: Pero nunca fuiste alguien que destaque fácilmente, ya fuera en la escuela o en la Comunidad.
Líen: Bueno, en eso tienes razón... Tal vez, entonces, sí me haga algo de ilusión. Está bien, empecemos.
Autor: ¡Genial! ¿Puedes decirme tu nombre completo?
Líen: Me llamo Lionel Escalante, me dicen Líen porque hacía líos... No es muy ingenioso.
Autor: Yo me basé en un niño de la calle que trató de robarme para crear tu concepto, así que no pretendía ser ingenioso.
Líen: Esa historia no la conocía. Cuéntame más.
Autor: Esperaba a mi novia con el dinero justo para invitarla a salir, y entonces un adolescente de unos doce años me pidió que le diera unas monedas, pero me tuve que negar mintiendo que no tenía nada. Él me había visto abrir la billetera y me insistió en que le diera algo porque sus hermanitos lo necesitaban, e incluso lo vi sacar un pequeño cuchillo, algo que no me desesperó porque me crie en una zona muy peligrosa donde me defendí más de una vez contra armas blancas empuñadas por ladrones más intimidantes. Finalmente, lo ahuyenté solo con palabras, pero me quedó un amargo sabor por no poder hacer nada por él. Me hubiera encantado darle todo, invitarlo a mis clases de artes marciales y enseñarle los valores en los que yo creía. A mis veinte años no podía hacer nada de eso porque era muy pobre, pero te adopté mediante la literatura para hacerlo, de todos modos.
Líen: Está bien tratar de curar el hambre dando pescado, está mejor enseñarles a pescar a quienes aún no saben; pero, en este caso, tú no podías hacer nada. Dar unas monedas evita que los padres alcohólicos les den una paliza a sus hijos a quienes enviaron a mendigar por haber llegado con las manos vacías, pero la solución real es sacar al niño de donde no debió haber estado jamás.
Autor: Lecciones de artes marciales es mi intento desesperado por contar los resultados de una investigación de un trabajo de sociología que realicé para la universidad, ya que sabía que aquel documento no serviría más que para una nota. Todo lo que les ocurre a los niños de la Comunidad es real, y es demasiado triste que no pueda más que plasmarlo en un libro de bajo alcance.
Líen: En general, las personas saben lo que pasa a su al rededor. Todos saben que hay niños viviendo en la calle, que hay jóvenes viviendo en las drogas, que hay hombres viviendo en el crimen. Uno se ve en la situación de tomar posturas básicas ante lo que hay, lo que tiene y lo que puede.
Autor: Tomaste una postura firme ante Padre por tu rechazo a seguir siendo un sicario.
Líen: Tenía que hacerlo. ¿Qué otra manera podía encontrar de mirarme al espejo sin sentir asco de mí?
