Desnutrida

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Desde que tengo memoria las visitas con el doctor siempre fueron un tormento para mi mamá ya que cada que iba siempre decían lo mismo

—Esta muy baja de peso —decía el doctor mientras me pesaba—

Volteaba y miraba a mi mamá sin entender aún que significaba

—¿Hay alguna forma de hacer que suba?

—Solo puedo recomendarle algunas vitaminas y que coma mal

Yo llegaba a casa y volvía a jugar con mis juguetes mientras mi mamá me decía

—Todo es culpa de tu papá, el nunca te enseñó a comer bien y por eso estás así pero no te preocupes yo a tu edad estaba igual de flaca.

—¿Estabas igual que yo?

—Si pero cuando te tuve perdí mi figura

Desde ese momento comencé a relacionar el tener hijos como un riesgo a perder la figura. Cuando iba a casa de mi familia que son de complexión ancha siempre llegaban a abrazarme

—Mi flacucha —decía mi abuela mientras me abrazaba por la cintura—

—¡Tita!, ¿cómo estás?

—Bien mi amor, ¿ya comiste?

—No

—¿Quieres una sopa?

—Si por favor

Cuando me sentaba a comer todos me miraban y comenzaban a hablar sobre el peso

—Mi amor si no te cuidas te pondrás gorda cuando seas grande

—Es lo que le digo, que cuando yo era joven estaba igual de flaquita

—Aprovecha porque cuando tengas hijos...

Una niña de 8 años que escuchaba esos comentarios a diario claramente iba a relacionarlos y a aplicarlos en su vida cotidiana. Había días que ni siquiera comía

—¿Tienes hambre? —me gritaba mi mamá desde la cocina—

—No tengo hambre, solo tomaré un chocolate caliente

—Está bien, dime si te da hambre después

Otras veces solo comía un plato de todas mis comidas y mi mamá siempre insistía en que comiera más, que porque no era como mi hermano que el siempre repetía plato

—No entiendo porque eres así

—No tengo hambre mamá

Recuerdo la vez que fui a otro chequeo médico y esa vez recibimos un regaño bien fuerte del doctor por estar en bajo peso en pocas palabras en desnutrición y mi mamá me llevó a la casa y comenzó a hablar conmigo

—Mi amor, debes de comenzar a comer un poco más debes subir de peso

—No mamá

—No es pregunta desde hoy te voy a servir más en el plato y quiero que te lo comas

—No quiero... ¡NO QUIERO SER GORDA!

—¿De dónde sacas eso?, me preocupas

Desde ese momento sabía que no podía decir lo que pensaba porque pensarían que estaba mal así que solo desvíe el tema. Al final mi mamá dejó de insistir y mantuve mi peso bajo

Hasta que llegó la pandemia del 2020 el coronavirus y en un breve resumen me deprimí horriblemente me despertaba todos los días a las 4-5 de la tarde y solo era para comer y volver a tirarme en la cama por lo que baje de peso considerablemente, me mareaba al levantarme y mi piel se veía verdosa/amarillenta mi mamá decía que debía salir aunque sea al salón pero yo no quería realmente no tenía fuerzas para levantarme de mi cama. Y comencé a observar mi cuerpo y a sentir que estaba demasiado gorda y en esos tiempos todos tenían amigos virtuales y yo me desahogaba con ellos y les decía lo gorda que me sentía mandándoles fotos

—¿Qué dices?, estás muy flaca —mensaje—

—Yo quisiera estar como tú —mensaje—

A pesar de recibir esos mensajes a diario aún no me sentía bonita hasta que entre a la secundaria y comencé a sentirme flaca después de mucho tiempo ya que el uniforme más chico me quedaba grande. También comencé a ir más de compras y siempre era la talla XS y siempre recibía halagos de lo bonito que estaba mi cuerpo

Tan ligera/La lucha contra un TCA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora