Capítulo 2

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Yo cargo conmigo un lápiz que no es específicamente para escribir, pero todos creen que sí, sé que en cualquier momento lo podría usar en algo o en alguien, lo que nos lleva al momento donde Harry insistía en acercarse a mí.

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-¿Acaso no te importa quien soy?- su ego realmente está súper alto.

-¡No!, y no te acerques más.

Mi tono de voz es firme, pero él es tan terco que decide acercarse un poco más, invadiendo mi espacio personal.

-¡Aléjate! - empujo su rostro con el borrador del lápiz.

Trato de poner distancia entre nosotros, veo como sus ojos se abren en sorpresa, y su sonrisa traviesa se ensancha.

-¿Te atreves a empujarme con eso?- dice con un tono burlón.

-Entonces te empujaré con esto- digo dándole la vuelta al lápiz, acariciando la punta afilada con mis dedos.

Él se sobresalta al ver mi movimiento con el lápiz, veo como su expresión es de sorpresa pero se niega a retroceder, en sus ojos hay algo más que sorpresa pero no sé bien que es.

-Oh valla, no sabía que eras tan... peligrosa- dice levantando una ceja y rozando su pierna con la mía.

-No vayas a hacer que todo este lápiz quede en tu lindo rostro.

Me quedo viendo y acariciando su punta afilada, y escucho su risa, y sé que está disfrutando la situación, parece que no sabe que sí sé defenderme.

-Oh, no me hagas promesas que no puedas cumplir. ¿Estás diciendo que podrías lastimarme con eso?- él se inclina quedando cerca de mi rostro.

Siento su aliento en mi cara, y eso me da la oportunidad de actuar. Pongo la punta del lápiz en su nariz mientras yo hago mi rostro hacia atrás. Escucho como él suelta un pequeño quejido de sorpresa al sentir mi lápiz en su nariz.

Dije que te alejes!

-Joder, eres tan intensa.

Retiro mi lápiz y me deleito con la marca que este ha dejado en su nariz, y un sentimiento de superioridad me invade.

-Oh valla, haz descubierto algo sobre mí, felicidades- hago un gesto de desagrado y superioridad.

Él levanta una mano y con su pulgar acaricia la marca en su nariz, pareciendo bastante sorprendido.

-No me digas que te sientes orgullosa de eso...

Parece que tiene agallas, porque se vuelve a apoyar en mi mesa, siempre cerca de mí, pero lo suficientemente lejos de mi lápiz.

-No sabía que una chica tan linda podría ser tan peligrosa.- Su tono de voz es burlón.

-Eso no es ni la mitad- digo sacando de entre mi manojo de llaves, la navaja de punta afilada que papá me dió. -¡No te acerques!

-Wow, eso es... impresionante. ¿Realmente vas a usar eso?

-La usaré si me das los motivos.

Él luce completamente sorprendido al ver el manejo de mi navaja.

-Depende de los motivos entonces? Pero, primero, dame una razón para que no te lastime.- dice con desafío en sus ojos.

-No tienes por qué hacerlo, no te conozco y tú no me conoces, y al parecer yo te intereso pero tú no me interesas a mí.- jugueteo un poco con la parte sin filo de mi navaja, llegando a su punta.

Un silencio incómodo reina en su boca, es como si estuviera pensando lo que le dije.

-Supongo que tienes razón en eso. No te conozco y no te interesa, ¿verdad?- se muerde el labio mientras dice eso.

-Es correcto. Vienes aquí a mi mesa, sintiéndote superior y ni siquiera te presentas, que poco ético eres.

Mientras guardo mis cosas con cautela llevo mis ojos a sus labios, y puedo notar como se sonroja un poco, su expresión es de vergüenza pero sigue sin retroceder.

-Oye, es mi forma de ser. Siempre me gusta tener el control.- se pasa una mano por el pelo.

Astutamente pongo la punta del lápiz en sus labios.

-Shh, shh, shh, aquí no tendrás el control.

Escucho otro quejido de sorpresa al sentir la punta en sus labios. Su expresión se vuelve más seria y noto como un rubor más fuerte se extiende por sus mejillas, y me es inevitable sonreír triunfante.

-Joder, eres más peligrosa de lo que pensaba.

-Parece que no eres tan fuerte después de todo.- mis ojos viajan a su rubor.

-¡Cállate! No es por tí.

Él frunce el ceño e intenta mantener su expresión seria, pero su rubor y su respiración agitada delatan su nerviosismo. Él se pasa una mano por su pelo y su cara tratando de ocultar su rubor.

-Ajá si claro- lo miro mientras alzo una ceja. -Cuando llegaste a mi mesa estabas tan seguro de ti mismo, pero ya no puedo decir lo mismo.

Veo como empieza a irritarse, luchando por mantener su fachada seria.

-No es que no sea seguro de mí mismo. Sólo no me esperaba que fueras tan ... directa.

Él se vuelve a acercar a mi rostro; su insistencia en acercarse a mí me está agotando la paciencia.

-Shh, cuida tu distancia, no quiero tener que herir tu hermosa carita.- lo empujo suavemente con mis dedos tratando de estar tranquila.

-Cuidado eh, no creas que no sé cómo defenderme.

-¿Defenderte? JA! No me hagas reír.- agarro mi lápiz firmemente. -No me hagas usarlo.

Sé que mi confianza lo está abrumando. Solo se limita a poner cara de incredulidad, pero en sus ojos puedo ver un temor naciente.

-Maldita sea, en serio, ¿cómo sabes usar eso?

-¿Tu que crees? Sé más de lo que te imaginas.

Dejo mi lápiz en mi mesa, y me levanto quedando rostro a rostro.

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Notita:
Como siempre, espero que lo disfruten.

Esto se puso bueno ;)

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