Propósito

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Soy yo, padre, el ángel Castiel. Cuando mis hermanos pelean y conspiran entre sí me pregunto donde estas, confió en tí, nunca he dudado de tí, pero si tan solo una señal, una señal de que tengo que hacer, me siento perdido, tú siempre sabes que hacer. En el cielo todos quieren el poder, porque los ángeles no saben pensar por si mismos, necesitan a alguien que los dirija, no quiero pelear con mis hermanos y hermanas, ya no señor. Es por eso que me escondí, no sería lo más valiente, pero es mejor que esta guerra o que esperen algo de mí que no puedo brindarles, porque no siento que sea así como tiene que suceder, nuestro propósito.

Los humanos son seres extraños, se alegran o quejan si llueve, usan un rectangulo para transportarse que los lleva a quién sabe donde, les gusta ¿Papeles verdes? y al dar estos les dan algo que quieren, creo que lo llaman dinero. En mi tiempo en la tierra he aprendido muchas cosas curiosas y algo raras de las creaciones de mi padre, quizás al conocer más de estas yo pueda llegar a entenderlo mejor. Hay algo que me gusta de los humanos y eso es lo muy resistentes que son incluso si su alrededor parece indicar que las cosas no van a mejorar, ellos tienen un propósito que los impulsa a continuar, como la señora que abre su local de cosas raras todos los días.

Me estoy quedando en una casa, algo donde vas luego de un largo día, asi veo que hacen aquí, solo entre a una y ya, aunque parece que aquí no ha vivido alguien por un tiempo, afuera tenía un cartel en letras rojas decía "Se vende", ni idea quizás sea decoración, la encontré vacía, se supone que hayan cosas dentro, ví algunas así, ya sé, si consigo de esos papeles verdes los puedo intercambiar por cosas. Salí a ver como podía conseguirlos, habían muchos humanos afuera, hasta que ví a uno, se veía sucio con un sombrero en la mano, pude observar como alguien le dejo en este un papel verde, eso era, pero yo no tenía un sombrero, tal vez si le pedía el suyo compartido podía pedir y asi serian más papeles verdes para los dos, me acerqué y aclaré mi voz:
"¿Puedo ayudarlo?"

Fue una simple pregunta que al hombre pareció iluminar su mirada cuando vio mi aspecto, luego de un tiempo habia descubierto lo divertido que era conseguir papeles verdes con un sombrero, los humanos me miraban dejando varios papeles verdes, asi fue como yo y el señor del sombrero nos repartimos el dinero. Los humanos solían hacer algo extraño, lo llamaban comer y parecía gustarles mucho, cuando el señor del sombrero y yo pedimos comida me ofreció, pero no tenía necesidad, era innecesario, que raro son a veces los humanos. Luego de despedirme tome mi camino, pase por unas vitrinas y logré ver algo dentro, una especie de cosa suave donde unos niños estaban sentados, eso sería comodo, compre uno de color celeste como el cielo y lo probe en mi casa, el cielo se puso de varios colores, en ese silencio nuevamente pensé en mis hermanos.

my angelic mindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora