8. Allison

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Había pasado otro mes. En la cuenta general, fueron dos. ¿Qué son dos meses comparados con dos años de tortura y ansío? Pues esos dos meses fueron muchos más. Estos dos meses si han dolido como el dominio.

Lo intenté, no me rendí, fui fiel a lo que quería, a él. Lo busqué muchísimas veces para explicarle, mandando a la mierda mi orgullo porque es que cuando se trataba de Logan el maldito orgullo no existía. No me atendió ninguna. Probablemente...no, lo digo con certeza, hubiera ido en su búsqueda mil veces más hasta que por fin tuviésemos una conversación o discusión, lo que sea que me dejara explicarme. Sin embargo, encontrarme a Ginebra en su departamento acabó con todo. No tenía caso ya explicarme, no tenía caso aferrarme. El parecía tener la vida en orden.

Nadie sabe una mierda de como han sido estos meses para mí porque en cada puto momento que he interactuado con los demás he mostrado mi sonrisa y mi aspecto despreocupado por la vida.

Me he encerrado en los libros y en ese proyecto que justamente hoy se expone. ¿Por qué demonios seguí con él y sola?

La respuesta es fácil, porque aquí conocí el amor de verdad, el que probablemente en mi vida vuelva a sentir; supe del jodido sufrimiento, del sonreír aunque el mundo se cayera en pedazos; pero sobre todo, es una forma de demostrarme a mi misma que soy capaz de todo en esta vida.

Aquella tarde, en la que Logan aseguró que nadie debía entrometerse en lo que suceda entre nosotros, le apoyé. Tenía razón en eso, nadie, ni siquiera mis padres a los que tengo la confianza del mundo les conté de lleno toda mi historia con él. Y esta gran familia se ha mantenido unida por años, no vamos a ser nosotros los que desatemos el caos dentro de ella. Por tanto, argumentadas las consideraciones, las aguas se han calmado.

Papá, ¿Cómo logré darle tranquilidad a mi padre?

Estaba solo en su oficina. Llevaba días sin verlo. Sabía que estaba tenso y que impedía encontrarse conmigo para no herirme con sus palabras. Según mi madre, que de ella hablaremos luego, para Enzo no había nada más importante en el mundo que yo y aunque me viera con una sonrisa de oreja a oreja sabía por todo el desastre que pasaba dentro.

—Papá —anuncié mi llegada entrando a su oficina.

Levantó los ojos de los papeles que revisaba y se dejó caer al espaldar de la silla para observarme. Tomé una de las sillas que se ubicaban al frente de su mesa y rodeé el objeto de madera para ubicarla a su lado.

—No quiero que sigas así, por mi culpa...

— ¿Qué quieres que haga hija? Si le hubiese dado una paliza a Logan, al menos pudiese estar un poco mejor. No, nunca me metí en lo vuestro, hasta que te lastimó. Cuando vi esos ojos que aún no estaban cargados de lágrimas pero que le faltaba poco; ese rostro que siempre explotaba en felicidad triste; a ti que nunca te entregabas de verdad en mil pedazos por dentro. Yo decía que acabaría con todos por tu madre, pero, desde que te tuve en mis brazos aseguro, que destrozaría el puto mundo por ti. De las mejores cosas que he hecho en mi vida, independientemente de haberme enamorado de mi loca perdición es haberte tenido a ti. Cree el imbécil de Logan que va a dañar lo más jodidamente valioso que tengo en mi vida...

—Papá —hablo porque ya se estaba cabreando—. Te voy a contar toda mi historia, la que no he sabido contarle a nadie. Recuerdas cuando murió el abuelo Hugo y yo me volví una chica completamente distinta, la que convirtió en una cárcel las cuatro paredes de su habitación, él paso esa muralla. Se sentó en el suelo, a mi lado y no dijo nada. El silencio reinaba pero él no se marchaba. Mi cabeza, mi cuerpo pesaban horrible. Siempre exploté en felicidad, de la tristeza no conocía nada, así que como primeriza en el dolor me estaba consumiendo. Su compañía era como una luz que me guíaba y su silencio la mejor forma de traer mi calma interna. En ese pozo ciego donde yo me estaba ahogando el sacó un libro. Me mostró una forma de escapar del mundo y yo, probé. Viví mil vidas en letras y por dentro estaba sanando la mía propia. Me acompañó, como lo hizo desde crío pero en ese entonces aseguró no alejarse más. Los libros abrieron más de un túnel para mí y me dieron curiosidad en muchos ámbitos. Empecé a ver a Logan distinto y sus roces, ya no eran pacíficos para mí. Se mantenía con un control envidiable pero tal vez mi personalidad le hacía las cosas difíciles. Terminé haciéndolo caer, a pesar de mi nula experiencia. Por dos años, después de ese día, él se mantuvo con miedos, de no saber lidiar con todo lo que desde que tenía quince años había provocado en él y yo, durante estos años, crecí, aprendí a mejorar mis habilidades. Cómo chica segura en mi misma sabía de mi capacidad y terminé haciéndolo perder el control de manera radical. Sí, lo que dijo es cierto. La luna la pedía y la bajaba. Las cosas como son, sí me quiso como un maldito loco y me estaba dando todo de él. Sin embargo, quise acompañar a otra persona en un momento difícil y esa persona quiso aprovecharse de ello. Me besó y Logan estuvo ahí mirando. Si sabes de hombres posesivos, no sabes nada. Logan era un jodido obsesivo conmigo, con mi cuerpo y hasta con la forma de mostrarme. Fue capaz de construir una pequeña biblioteca en su departamento solo para poder mirarme solo él mientras leo. No pasó de ese beso fácil y yo, en el fondo lo sabía cada vez que lo buscaba.

EnamórameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora