Regresamos al aula de la clase 1-4, pero yo seguía completamente fuera de mí. Me senté y me quedé mirando el pizarrón, moviendo nerviosamente las piernas.
Nuestro profesor jefe era bastante joven. Escribía algo en la pizarra mientras hablaba, pero nadie en la clase le prestaba atención. El maestro parecía molesto, consciente de ello. Giré la cabeza.
Desde hacía un rato, sentía una punzada en la mejilla, y fue entonces cuando descubrí que Ban Yeo Ryung me miraba fijamente desde un ángulo diagonal detrás de mi asiento. Sus ojos estaban tan clavados en mí que sus pupilas negras parecían brillar con humedad.
Por favor, no me mires así, es la primera vez que te veo, pensé, avergonzada, y desvié la mirada.
Apenas me giré, la volví a encontrar, ya que era la única mirándome.
Es decir, todos los chicos del aula estaban mirando a Ban Yeo Ryung, mientras que las chicas... Dejé de pensar y observé a mi alrededor.
La luz del sol entraba a raudales por las amplias ventanas del salón, mucho más grandes que las de mi escuela primaria. Aunque suene ridículo, los chicos que estaban sentados, despreocupadamente bajo el sol, con sus largas piernas apoyadas en las sillas, parecían modelos de revista.
¿Cómo es posible que alguien sentado en una silla parezca un modelo? ¡Y más cuando solo son estudiantes de primer año de secundaria! Aun así, se veían increíblemente atractivos, como si hubieran sido creados por algo fuera de lo común.
Dicen que Dios es justo. Qué tontería, pensé, mientras apoyaba la barbilla en la mano.
Como si estuvieran acostumbrados a llamar la atención, los cuatro chicos no parecían inmutarse. Yoo Chun Young, el chico con el que choqué esa mañana, estaba sentado con el mentón apoyado, mirando el pizarrón con sus ojos azules. Kwon Eun Hyung, el pelirrojo, sonreía de manera tranquila junto a él. Parecían cómodos al hablar entre ellos de vez en cuando, lo que dejaba claro que se conocían desde hace tiempo.
De manera similar, Eun Jiho y Woo Jooin parecían amigos desde hace mucho. Woo Jooin hizo una pausa mientras hablaba con Eun Jiho y echó un vistazo a su alrededor con sus amables ojos marrones. Sonrió ampliamente a todos los que cruzaban su mirada con él. Solo esa acción desató gritos en el aire. No, no solo gritos, también...
"Mi corazón..."
"Wow, me estoy derritiendo."
Todas las chicas en un radio de cinco metros parecían a punto de caer sobre sus escritorios, agarrándose el pecho. Honestamente, yo también lo habría hecho si no fuera por las cosas extrañas que ocurrieron en la mañana.
Una chica que nunca conocí dice que soy su amiga. Mi uniforme cambió de repente. Y, sobre todo, la escuela secundaria a la que iba a asistir había desaparecido. Sin mencionar que una escuela que nunca había visto en mi vida estaba donde debería estar la original. ¡En el barrio donde he vivido por 13 años!
Si no fuera por todo esto, estar en la misma clase que ellos sería algo afortunado. Estaría agradecida y pensaría: "¡Gracias por los manjares visuales!", y seguiría con mi vida. Sin embargo, algo estaba mal.
Sí, ellos eran extraños. Sus pupilas, colores de cabello, y apariencia eran obras maestras de Dios. Pero había algo más especial en ellos. El aire a su alrededor parecía brillar, como un arcoíris.
Si esto fuera una serie de televisión o una novela, los protagonistas serían ellos. Todo en el mundo parecía existir para estos chicos. Eso fue lo que sentí.
Un mundo que gira en torno a alguien. No tendría sentido, pero nadie podría negarlo al ver a estos cuatro. No, no eran cuatro. Me giré nuevamente hacia el asiento diagonal. Ban Yeo Ryung seguía mirándome con esos ojos enigmáticos.
ESTÁS LEYENDO
La ley de Inso
Teen FictionHam Dani era una estudiante normal cuyo pasatiempo era leer novelas. Un día, al despertar, se dio cuenta de que la chica que vivía al lado era tan hermosa como una protagonista de novela web. Y en la escuela, se anunció la llegada de "Los Cuatro Rey...