CONTRAPORTADA

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El eco de los pasos resonaba en el pasillo vacío mientras T/N caminaba hacia la oficina del director del hospital. A pesar de tener sus años de experiencia en psiquiatría, el tono urgente con el que había sido convocada dejaba un nudo de ansiedad en su estómago. La fría luz blanca que colgaba del techo nunca habia sido tan siniestra o inquietante como en ese momento, se sentía más distante.

Había trabajado en otros centros psiquiátricos antes, lidiando con casos ... medianamente difíciles y pacientes que la mayoría de sus colegas preferían evitar -al principio era una burla como novata pero vaya sopresa se llevaron algunos -. Pero esta vez era diferente. La llamada había sido extraña, la urgencia de que ella este en aquella sala era como una súplica... o una orden muy importante.

El director la recibió con una sonrisa tensa, y tras los saludos iniciales, se fue directo al grano.

-T/A iré directo al grano, has sido transferida. Se trata de un lugar especial, donde solo los profesionales más capacitados son asignados. Sabemos de tu habilidad para manejar situaciones extremas, y creen que eres la persona ideal para este... "reto".

Ella frunció el ceño. No era común que la elogiaran de esa manera. Ella suele trabajar en las sombras, si bien había rumores de que era muy buena en lo que hacía, nadie sabía cómo lo hacía. Las únicas veces que la ven tratar con pacientes normalmente son niños en centros para niños con discapacidad o algún síndrome en específico, pero dejando de lado eso, el tono de voz utilizado en el jefe del hospital, -que jamas lo había visto solo para una entrevista y una felicitación- la dejo con cierta molestia, algo en él director no cuadraba.

-¿Creen? ¿Reto? ¿Qué clase de lugar? -preguntó, su voz más firme de lo que en realidad sentía.

Incluso con voz firme, su voz salió suave. No es intencional ni nada, su voz es realmente así, ella... bueno... No suele elevar su volumen de voz tanto.

El director suspiró, su expresión se volvió sombría.

-El Hospital Psiquiátrico de Máxima Seguridad. Allí tratan con... pacientes extremadamente peligrosos. Todos criminales de alto perfil. Hombres que han sido considerados irrecuperables. Muchos han renunciado antes de cumplir siquiera un mes en ese lugar o semana, algunos... bueno... no salieron de allí.

T/N sintió que el aire en la sala se hacía más denso. Había escuchado rumores sobre el hospital, pero no esperaba que la situación fuera tan seria.

-¿Y porque pensaron que aceptaria esto? -preguntó, intentando mantener la calma.

El director sostuvo su mirada, su voz grave.

-Creeme, intente todo lo que pude para mantenerte aqui, ademas de que me conviene, pero los de arriba hablaron, no pude hacer mucho despues de eso - hablo decepcionado de si mismo

La mirada de la (c/c) cambio. Se volvió más suave al ver como el jefe esta triste de que no pudo hacer nada ante los altos mandos, así son ellos, y ellos son los que dirigen no existe la voz o voto con ellos en ese aspecto, pero agradece el hecho de que lo intentara porque por si misma ella desde el principio no hubiese querido ir allí.

- Los de arriba ven que tu talento es única. Tienes la habilidad de tratar con pacientes que otros no pueden manejar. Sólo ten en cuenta que allí, el peligro no es solo mental... es muy real. Además, los mismos enfermeros luchan con ellos mismo cada día...

El peso de sus palabras la dejó en silencio durante unos segundos. Aceptar ese traslado no era algo que estaba en sus planes -además, no tiene opción, quiera o no, tiene que ir-, pero es una entrada a un mundo desconocido, donde la vida de los profesionales estaba en juego. Un desafío mucho más grande que cualquier otro.


Eso...









Eso la emocionaba

Un poco.

-Acepto -dijo finalmente, con la certeza de que no podía dar marcha atrás. - muchas gracias por todo señor...





Qué lamentable decisión tomó...

Una enfermera peculiar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora