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-¡Yo quiero!

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-¡Yo quiero!

Rosé abrió sus ojos y un brillo irradió en estos, como estaba sujeta al brazo de su novia con la mano la pellizco levemente llamando su atención, cuando tuvo los ojos marrones posados sobre ella apuntó directamente al hombre que yacía a unos metros de ellas.

El mayor se encontraba atendiendo un humilde carrito de algodón de azúcar y a su alrededor se concentraba una considerable multitud de gente, tanto niños como adultos.

-¿Pero no acabas de comerte un helado? Es mucha azúcar, Rosé. -le recordó un poco reprochante la menor.

Rosé hizo un puchero y alzó la vista.

Lisa ya se conocía ese mirada, empezando por esos abultados labios, sus cejas semi-arqueadas y los ojitos de cachorro que adoptaba, definitivamente usaba la famosa táctica conociendo a la perfección que era su debilidad. Pero no podía culparla o enojarse por eso, Rosé de por sí era una maquina de ternura andante.

Y eso que le molestaba.

-Por favor, Lisa~

La mencionada suspiró y asintió, al instante su cuerpo fue tambaleándose para atrás debido a que la mayor se había abalanzado contra ella en un fuerte abrazo.

—¡Gracias, te quiero mucho! ¡Muack! - los labios rosados de la neozelandesa impactaron contra sus pequeñas mejillas.

Y Lisa sonrió un poco sonrojada. —de acuerdo, vamos por ese algodón de azúcar.

Compraron el dulce y buscaron la banqueta para sentarse a disfrutar de este.

Rosé le había ofrecido arrancando un pedacito y jugueteando con este como si se tratara de un avión cerca de los labios de la morena, claro que Lisa no podía negarse. Primero porque sabía que Park se sentiría un poco mal, con lo cariñosa que era, rechazarle un gesto significaba algo negativo para ella, y segundo, porque ya le hacía faltar endulzar su sistema aunque sea un poquitín. Se sentía tan amarga consigo misma desde hace bastante.

No se quería mostrar en tal humor frente a su novia, pues hacerla sentir culpable era el menor de sus objetivos.

Pero, maldición, era desesperante.

-Amo el algodón de azúcar, es interesante como se deshace en tu boca al poco tiempo de meterlo en esta.―comentó Rosé mirando al frente y el viento la golpeaba ligeramente, moviendo sus finos mechones, Lisa observando cada detalle del perfil de la mayor.

Vaya que Rosé era sumamente hermosa, y verla comerse esa nube de azúcar obstruía los sentidos de Lisa.

"El algodón de azúcar se deshace con todo tocar la humedad de tu lengua" Este dato resonaba en su cabeza, dejándole con la duda en qué tal sería para Rosé la experiencia de probar algo diferente al azúcar.

-Amor...

Holaaaaa, esta es una nueva adaptación Chaelisa, le quiero agradecer mucho a la creadora de esta historia que me dejo adaptarla

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Holaaaaa, esta es una nueva adaptación Chaelisa, le quiero agradecer mucho a la creadora de esta historia que me dejo adaptarla. kiuthlyz

Espero les guste tanto como a mi.

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