Fue un largo día de trabajo. Llegué a mi casa y lo primero que quería fue tirarme a la cama, pero las tripas de mi estómago se retorcían.
Sin pensarlo, tiré mi bolso en el mueble y fui a la cocina a buscar algo para comer. Me preparé algo sencillo: un sandwich de jamón y un chocolate, pues en mi ciudad estaba haciendo tanto frío que lo merecía, y también para sentir un poco de calor en mi cuerpo.
Después de preparar mi aperitivo fui directo a mi habitación. Me vi en el espejo y comencé a quitarme la ropa. Ya desnuda, me puse un poco de aceite. Comencé a masajear todo mi cuerpo con mis dedos; cerré mis ojos y sentí cómo, poco a poco, mis músculos se relajaban. Y el placer fue aún más cuando mi mente imaginó que era uno de los chicos quien cortoneaba cada esquina de mi cuerpo.
Esa sensación me encendió.
Comencé a sentir pequeñas palpitaciones en mi vagina. y mi respiración comenzó a acelerarse. En otras palabras: mi cuerpo me pedía a gritos placer, así que debía terminar lo que comencé. Puse música sensual y me arrecosté a mi cama. Mi posición favorita para estos gloriosos momentos.
Una vez en la cama, cerré mis ojos y abrí mis piernas para acariciarlas lentamente. Las yemas de mis dedos recorrían mis muslos hasta llegar a mi vagina. Luego empezaron a hacer círculos en mi clítoris, presionando esa zona lo que mi nivel de exitación iba creciendo.
En cuestión de segundos, mis dedos ya estaban mojados. Mi cuerpo comenzó a moverse lentamente. Los gemidos comenzaron a ambientar la habitación. Yo solo cerré mis ojos para concentrarme aún más y llegar a mi clímax, pero pasó lo inesperado: el cansancio del día me fue adormeciendo poco a poco.
Mi mente no podía más, pero mi cuerpo lo pedía a gritos. Y fue ahí en donde el sueño hizo realidad lo inevitable.
Recuerdo que en mi sueño me encontraba en una habitación; pero no sabía de quién era. Yo solo miraba hacia la ventana un lindo paisaje, hasta que escuche una voz muy familiar.
Miré hacia atrás y ahí estaba él con dos copas de vino es sus manos.
No podia creer que estaba con Tae.
Él solo me sonrió y extendió su brazo ofreciéndome una copa. Yo la tomé y le respondí con una sonrisa. Tomé un sorbo mientras lo miraba a los ojos. Quería aventarme hacia él y probar el vino que quedaba en sus labios, pero no encontraba el momento. Sin embargo él leyó mi mente. Tomó mi cuello fuertemente con su mano y me besó.
Tus labios carnosos son tan deliciosos -Me dijo Tae entre dientes sin dejar de besarme.
No sé por qué me sentía con ganas de que me llevara en sus brazos y me hiciera suya. Su ojos oscuros me miraban fijamente como si leyera mis pensamientos.
Mientras ambos nos comíamos a besos, Tae puso su copa en la mesa, luego tomó la mía y la puso en la mesa también para inmediatamente acariciar mi mano. Poco a poco me fue llevando hacia su cama, mi cuerpo me imploraba hacer el amor con Tae.
Él se sentó en el borde de la cama, abrió sus piernas y me acercó a él. Puso sus dos manos en mi espalda y comenzó a besar mi abdomen. Nos miramos por un momento y siguió besando mi abdomen.
Sus besos eran mojados. Sus grandes manos pasaron de mi espalda a las nalgas. Sentía cómo las apretaba desesperadamente, lo que hizo que me mojara mas. Cerré mis ojos y empecé a mover mis caderas lentamente al son de sus besos.
Su mano fue subiendo por mi espalda hasta llegar a mi sostén. Lo desabrochó y mis senos quedaron a disposición de Tae para que hiciera con ellos lo que quisiera. Comenzaron a ponerse duros, delatando el placer que sus besos me hacía sentir.
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BTS: The Anthology
FantasyRecopilación única de historias creadas por la comunidad ARMY, inspiradas en los siete miembros de BTS.