LA HERMANA PROHIBIDA

1er CAPITULO: Antes del Inicio.

POV MIKE.

Kanye West y su Flashing Lights sonaba a través de los parlantes de mi nueva Hummer, un regalo que había costado años de pensión alimenticia impaga, pero que finalmente había terminado rindiendo sus frutos gracias a la justicia.

O algo así, yo solo había entendido que mi padre era un irresponsable al que le habían saqueado las cuentas de banco y ahora, gracias a eso, tenía un hermoso todoterreno que presumir.

¿Mi primer destino del día de hoy? La escuela de la hermanita menor de mi mejor amigo de toda la vida, Ale Guerrero. No me molestaba ser el nuevo chico de los mandados, siempre y cuando me ayudara a practicar mis técnicas de manejo.

Además, había algo en los Guerrero que me hacía sentir más bienvenido y acogido en su entorno familiar que en el mío propio.

Puede que eso tuviera que ver con que, en casa de los Campos, el genero femenino dominaba. Eran tres contra uno.

Las calles avanzaron hasta que finalmente divisé la escuela, Isa ya estaba afuera esperando con su grupo de amigas que se emocionaron al ver el nuevo y enorme auto adentrándose en su estacionamiento.

Le hice un cambio de luces a Isa, quien enseguida lo notó y se despidió de unas aun más exaltadas amigas, para luego encaminarse hasta el coche.

—Uno de estos días nos vas a meter en problemas, Miguel Campos. —Tenía las mejillas furiosamente rojas cuando tomó asiento en el puesto de copiloto.

—¿Estás enojada conmigo, Isa? —Me extendí más allá de ella y cogí el cinturón de seguridad para asegurarla. No estaba seguro al cien por ciento de mis habilidades al volante, por lo que quería mantener a la hermana de mi amigo lo más segura que pudiera.

Si era posible, ella parecía haberse puesto aún más roja.

—Sabes que los chicos de la escuela son habladores, podrían inventar cualquier cosa sobre nosotros si te siguen viendo cuando me pasas a recoger.

—Estás molesta porque podría espantar a tu ganado, lo entiendo...

Ella murmuró por lo bajo, esperé hasta que me lo quisiera decir, y podía notar como fuera cual fuera la emoción que estaba reprimiendo se cocinaba a fuego lento en su interior.

—No es por mi ganado... —Casi escupió la palabra—. Es porque la gente es buena para iniciar rumores, podría llegar a los oídos de mis profesores y ¿Cómo crees que luciría esta historia?

—¿No muy bien? —Pregunté tentativamente mientras volvía a encender el motor y Kanye West estaba de vuelta, le bajé un poco el volumen para poder poner atención a mi conversación con una pequeña y preocupada Isa.

—Desde el punto de vista de un extraño, tú solo eres un hermoso y muy mayor chico que viene a menudo a recoger a una guapa adolescente de dieciséis años y te vas con ella a dios sabe dónde. Sospechoso e ilegal, Miguel.

—Tienes un buen punto ahí. —Había encontrado divertidísima la forma en la que nos describió a ambos en su historia—. ¿Qué podemos hacer entonces? Prefieres que te pase a buscar un par de cuadras más alejado de tu escuela.

Ella pareció sorprendida por la propuesta y parecía estar meditando en ello.

—¿No te molesta venir por mí cada vez que mi hermano te lo pide?

Esa parecía ser la verdadera cuestión del asunto, no que lo del colegio fuera menos importante, pero había logrado apaciguarla con ese rumbo de conversación.

—No es una molestia para mí, felina. —Le dije con cariño, usando ese mote que le había puesto cuando era mucho más chica y salvaje y pasaba clavando sus garritas en mi piel para que no me alejara.