𝑹𝒆𝒑𝒖𝒕𝒂𝒄𝒊ó𝒏

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Nunca quise que me atrajeran al campo ese día. Pero Bachira había insistido, y no pude rechazar a mi mejor amigo.

Esa fue la primera vez que vi jugar a nuestro equipo de fútbol.

También fue donde lo conocí.

Reputación

A primera vista, el fútbol no parecía nada interesante. Solo un grupo de tipos pateando una pelota. Con el tiempo dejé de prestar atención al juego, leía un libro y solo levantaba la vista cuando Bachira quería que viera algo.

O mejor dicho, alguien.

"¡Isagi, mira, mira! ¡Es el delantero de nuestro equipo!".

—¿Hacia adelante?

"¡Sabes, él es el que marca los goles! El centro del equipo".

Tal vez no debería haber levantado la vista.

Pero me cautivó.

Parecía ser un poco más joven que yo. Ojos verde azulado y cabello verde que caía ligeramente sobre su rostro. Era mucho más alto que yo, parado en... ¿Probablemente seis pies?

Eventualmente, después del juego, llegué a saber su nombre.

Rin Itoshi.

Hermano menor del reconocido mediocampista Sae Itoshi, quien jugó para la selección sub-20 de Japón.

Al menos eso fue lo que me dijo Bachira.

Estaba claro que tenía este efecto magnético para las personas que lo rodeaban. Siempre estaba rodeado de gente, especialmente chicas, a pesar de ser tranquilo y despreocupado, sin mostrar ningún interés evidente en las personas que lo rodeaban.

Aparentemente, él también era amigo de la infancia de Bachira antes de que lo conociera, pero se habían desmoronado después de que Rin se mudó y estaba seguro de que Rin ya no sabía que existía.

A pesar de eso, ese encanto magnético comenzó a atraerme a mí también.

Nunca lo había notado antes, pero él estaba en todas partes donde yo estaba.

Estábamos en la misma clase.

Jugaba al ajedrez y frecuentaba el club de ajedrez que yo dirigía en la escuela.

Siempre estaba en la biblioteca, gestionada por el club de lectura, también dirigido por mí.

Descubrí que mi mirada se detenía en él más tiempo del que debería.

Pero era una estrella.

Y yo era una roca en el barro.

Era un nerd. El sabelotodo. La persona que debería estar alabando la vida todos los días solo por el hecho de que Bachira era mi mejor amigo.

Y lo tenía todo. Dinero, fama, apariencia, habilidad, buenas calificaciones, conexiones, chicas, amigos.

Vivíamos en mundos diferentes.

Sus amigos se aseguraron de eso.

Después de que se fijaron en mí, empezaron a burlarse de mí. Acosándome. Tirar mis cosas a la basura. Rompiendo mis gafas. Dibujando en mi casillero.

Y él se limitó a mirar.

No lo entendí.

Pero un día recibí un mensaje de texto.

Era de un número desconocido.

Número desconocido [5:36 pm]:

eh

𝑅𝑒𝓅𝓊𝓉𝒶𝒸𝒾ó𝓃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora