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Los tres salieron por la puerta trasera y vieron que a unos cincuenta metros había una línea de árboles con un camino de grava que se adentraba en el bosque. "Hay un claro de hierba a tres kilómetros de la línea de árboles donde pondremos a prueba tu nivel de fuerza actual con un sparring. Haku-chan, también puedo enseñarte algunas técnicas de entrenamiento si quieres, o puedes entrenar tú sola. La muchacha de pelo negro estaba deseando entrenar con una de las kunoichi más fuertes del mundo, pues había oído historias sobre lo fuerte que era la pelirroja cuando era niña. Después de eso, todo quedó en silencio mientras Naruto contemplaba lo hermoso que era su entorno. Aunque sólo eran árboles, tenían algo especial. "Estos árboles son exclusivos de Uzu no Kini (Tierra de Remolinos), ya que necesitan un suelo especial para crecer". Puso la mano sobre uno de ellos, y le pareció sentir un maremoto de energía en su interior. Haku no podía sentir lo que experimentaba Naruto, pero sintió una sensación de paz desde que entró en el recinto. Era como si nada malo pudiera ocurrir mientras ella estuviera dentro de aquel recinto.

Tras unos minutos más de silencio, el trío pudo ver el final de la arboleda y un claro de tamaño medio que estaba rodeado por más árboles. Se preguntaban cómo de grande era este recinto, ya que no había parecido tan grande desde fuera. "Antes de empezar, ¿podrías decirme por qué quieres convertirte en shinobi?". A Naruto le sorprendió la pregunta, pero sabía que era para evaluar su determinación y su deseo. Reflexionó sobre los recientes acontecimientos en el País de las Olas, donde había visto a Zabuza proteger a su hija, independientemente de su sangre, y que en sus últimos momentos le había pedido a Naruto que la protegiera. Pensó en sus días de juventud, cuando estaba solo, asustado, hambriento y enfadado. Lo único que deseaba era que alguien le quisiera, que viera que sólo era una persona que quería ser tratada igual, en lugar de recibir miradas que le hacían sentir como si fuera un monstruo. Lo último que recordaba era cuando mató a todos aquellos Shinobi y matones que Gato contrató, oyéndoles llamarle monstruo mientras los rebanaba en pedazos sin dudarlo.

"Haré lo que haga falta para proteger a la gente que me importa". "Si tengo que luchar contra el mundo, lo haré. Me niego a que alguien pase por lo que yo he pasado". Sus manos se apretaron con fuerza al recordar a los aldeanos que le lanzaban piedras cuando no miraba, susurrando lo bastante alto como para que les oyera llamarle monstruo y decir que debería morir. Aún recordaba cómo los padres decían a sus hijos que se alejaran de él. Era una sensación que odiaba de verdad. "Necesito fortalecerme para superar este sentimiento de debilidad. No quiero sentirme nunca indefenso y débil cuando haya gente que necesite ayuda o me necesite a mí". Kushina miró a su hijo y se dio cuenta de que hablaba en serio. A pesar del dolor de saber por lo que había pasado, se alegró de que aún pudiera ver la luz en un mundo de oscuridad. "Ese sentimiento de debilidad, quiero que lo recuerdes. Te llevará más lejos y te hará más fuerte. Ahora ponte en posición. Muéstrame todo lo que tienes. No te contengas o te enviaré a conocer a tu padre".

Naruto hizo el primer movimiento, enfrentándose a ella en taijutsu, confiado en que sería capaz de dominarla en términos de fuerza física general. En cuanto Naruto estuvo al alcance de su mano, ella le lanzó un derechazo directo al pecho, pero él consiguió esquivarla hacia la izquierda, agarrarle el brazo extendido, girarla de talón y tirarlo al suelo. Cayó al suelo y rodó justo a tiempo para evitar un rodillazo en la cara. Acabó en un pequeño cuerpo creador, del que salió rodando justo antes de que una patada conectara, levantando una pequeña nube de polvo. Vio cómo su madre salía de la nube de polvo y corría hacia él. Levantó los brazos para bloquear su puñetazo y salió despedido hacia atrás varios metros. ¿Qué ha sido eso? Ha sido como si te golpearan con una barra de acero reforzado". Le palpitaban los brazos y, aunque no se había roto nada, tenía la sensación de que aún le temblaban los huesos. Levantó la cabeza y vio que la pelirroja le miraba desde arriba, lo que le molestó. Se puso en pie de un salto y dio una patada con todas sus fuerzas, apareciendo frente a ella en cuestión de segundos, con el puño ya avanzando con todas sus fuerzas.

Naruto - Una leyenda UzumakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora