Primera Parte

25 1 0
                                    

Manuel no creía en el amor a primera vista, le parecía ridículo, algo imposible. Así como también creía que no hacía falta salir de carrete para pasarlo bien, ambas cosas altamente romantizadas por la gente.

Sin embargo esa ocasión era especial, ya que Sebas, uno de sus pocos amigos, lo había invitado a verlo tocar con su banda.

Pudo haber inventado una excusa algo mula para evitar ir, pero si aún conociéndolo este decidió invitarlo, seguramente se trataba de algo importante.

El lugar era algo under, lo cual haría todo más ameno de no ser por la cantidad de gente que había allí, la falta de espacio, el calor de los cuerpos ajenos, el bullicio...

Se hizo paso entre la multitud a empujones, todo era muy molesto, comenzaba a arrepentirse, pero al ver a Sebas a la distancia lo saludó fingiendo su mejor sonrisa, él se rió por la evidente incomodidad del chileno y desapareció rápidamente tras bambalinas.

Los minutos pasaban y la espera se le hacía eterna, metió las manos en sus bolsillos y se maldijo por lo bajo al no encontrar sus cigarros, solo tenía el encendedor, ¿qué se supone que haga ahora?, ¿incendiar todo el lugar?, aunque...

El lugar se oscureció repentinamente, tal vez el impacto de la situación había jugado con su mente, ya que no era capaz de recordar cuando la multitud lo empujó, haciéndolo quedar bien cerca del escenario, o en que momento las luces de colores tiñeron el lugar de rojo, o con que acorde había iniciado la canción.

La silueta de su amigo sobre el escenario permanecía tan solo como un recuerdo borroso, ya que alguien más había robado por completo su atención, una cabellera castaña, adornada con una bandana negra y un cabello rebelde que resaltaba, le parecería divertido si la presencia de aquél muchacho no lo hubiera dejado totalmente paralizado.

El castaño se acercó más al borde del escenario, tomó el micrófono, movimiento la cabeza y a su vez haciendo que sus desordenados cabellos se muevan al ritmo de la música.

"Quiero redimir tu pena más simple

Quiero concluir tu persignación"

Su voz retumbó en el lugar con una potencia abrumadora, era más grave de lo que esperaba, la gente al rededor saltaba y gritaba con mucha emoción, pero Manuel no pudo mover ni un músculo.

"Voy a encontrar tu lado humilde

Voy a percibir tu fascinación"

Los ojos del chileno se movieron instintivamente, buscando todos los detalles que era capaz de notar a tan corta distancia, como la muñequera que asemejaba a una bandera argentina, o los piercings que adornaban su rostro, o...

"¿No lo ves?

Oh, en la altura"

Podía jurar que notó los orbes del contrario escanearlo de reojo, tal vez había comenzado a delirar, tal vez era solo su...

"¿No lo ves?

Oh, es tu fascinación"

Un escalofrío recorrió su columna, podía sentir su corazón palpitar tan fuerte que parecía otro tambor más de la batería.

"En la noche verás, bailarás al amanecer"

movía las caderas al compás del ritmo, de un modo casi hipnótico, no era capaz de apartar la mirada, no quería apartarla.

"Y en la noche vendrás apagando mis incendios"

El castaño se meneó sobre el escenario, dejó que el ritmo se apoderara de su cuerpo por unos instantes, daba leves cabezazos al ritmo del platillo mientras sostenía el pie del micrófono con delicadeza, tarareando suavemente.

Manuel lo seguía con la mirada, hipnotizado por sus movimientos, se desenvolvía con una naturalidad estremecedora, como si él fuera quien vino a disfrutar del concierto.

Su boca se abrió levemente, dejando escapar un jadeo entrecortado cuando notó las esmeraldas de ese hombre posandose sobre él, parecieron adentrarse hasta el fondo de su alma en tan solo un instante.

Los labios del argentino se curvaron en una leve sonrisa, tomó el micrófono con más fuerza, preparándose para retomar, no sin antes dedicarle otra mirada al más bajo.

"Quiero consumir tus bajos instintos

Quiero ver sufrir tu lado mas limpio"

Sus ojos brillaron, por un momento pareció que eran los únicos en ese lugar, el baile, las miradas, la sonrisa, le dio la impresión de que todo aquello era dedicado a él, que de algún modo imposible todo esto había sido orquestado para que el destino de ambos se entrelazara.

"¿No lo ves?

Oh, en la altura"

Jamás podrá olvidar lo que sintió en aquél momento, la atracción que el argentino ejercía sobre él agitaba todo un mar en su interior.

"¿No lo ves?

Oh, es tu fascinación"

La marea subía, y las olas crecían...

"Y en la noche verás, bailarás al amanecer"

Y crecían...

"Y en tu abismo caerás al ritual de mis deseos

Oh-oh-oh-os"

Se permitió creer en el destino por ese instante, permitió que aquella sensación tan fuerte acunara su corazón al ritmo de la música.

"Esta vez no ha sido fácil"

Era mucho más de lo que podía describir, mucho más de lo que se imaginó ser capaz de sentir, podría llamarlo amor, pero sería injusto decir que fue tan dulce, fueron celos, envidia, irritación.

"Esta vez no ha sido fácil"

Y por supuesto, deseo.










Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 30 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Bajos Instintos - ArgChi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora