1. tapis teint en rouge

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"¡No puedo creerlo! ¡Mira Mariana, lo que escribieron sobre mí!"

"Con una fama que la precede, Elizabeth es la envidia de muchas. Sin embargo, detrás de esa imagen perfecta se esconde una joven vulnerable que anhela una vida más allá de los reflectores. A pesar de su éxito profesional, Elizabeth lucha por encontrar el equilibrio entre su carrera y su vida personal. Con el apoyo incondicional de sus amigas Mariana y Camila, intenta construir una vida auténtica y significativa."

"¡Y lo mejor es que mencionaron a Camila!" dice Elizabeth

Mariana la observaba con una sonrisa maternal, acariciando suavemente su brazo. "Es increíble cómo han captado tu esencia, ¿verdad? Se nota que te conocen realmente."

Aunque un poco preocupada por la mención de Camila en la revista. "Oye pero Camila está de acuerdo, ¿no? Recuerdo haberla escuchado decir que prefería mantenerse en el anonimato".

"Yo hablé con ella y me dió permiso, de todas formas no especifican que Camila es, hay millones en el mundo Mariana". dice Elizabeth

Ya era hora de ir al gran evento, el estreno de su nueva telenovela

Elizabeth se miró al espejo, su reflejo devolviéndole la imagen de una mujer radiante. El vestido, escogido con esmero por Mariana, se adaptaba a su figura como una segunda piel. El maquillaje, sutil pero impactante, realzaba sus facciones. Se sentía hermosa, pero también nerviosa.

La emoción del estreno se mezclaba con una pizca de ansiedad.
Se acercó a la ventana y abrió las cortinas, dejando que la luz de la tarde inundara la habitación. La ciudad se extendía a sus pies, como un vasto mar de luces titilantes. Suspiró profundamente, tratando de calmar sus nervios.

"Todo saldrá bien", se dijo a sí misma, repitiendo las palabras como un mantra.

En ese momento, su teléfono vibró en la mesita de noche. Era un mensaje de Camila.

"Lista para brillar?, estrella. Te esperamos en la alfombra roja."

El camerino estaba inundado de una luz suave que acentuaba la belleza de Elizabeth. Espejos que cubrían casi todas las paredes reflejaban su imagen, una y otra vez, mientras Mariana, con una maestría envidiable, trabajaba en su cabello. Entre risas y confidencias, el ambiente era relajado y cálido.

"No puedo creer que por fin sea el estreno", exclamó Elizabeth, girando para admirarse en el espejo.

Mariana sonrió, sus ojos brillando de orgullo. "Te ves increíble, amiga. Vas a arrasar".

En ese momento, el teléfono de Elizabeth vibró sobre la mesa de maquillaje. Sin apartar la mirada del espejo, lo tomó y leyó el mensaje. Una sombra cruzó su rostro, imperceptible para Mariana.

"Será mejor que te tardes en llegar, tu vida depende de ello", decía el mensaje.

Elizabeth lo ignoró al principio, atribuyéndolo a algún fan excéntrico. Pero los mensajes siguieron llegando, cada vez más insistentes y amenazantes. Su corazón comenzó a latir con fuerza. Intentó disimular su nerviosismo, pero Mariana, tan conectada con ella, notó el cambio.

"¿Pasa algo, Eli? Te veo un poco nerviosa".

Elizabeth forzó una sonrisa. "Nada importante, solo un mensaje de un fan un poco insistente".

Mariana arqueó una ceja. "Pues no suena muy fan, ¿no crees?"

Elizabeth evitó su mirada. "Seguro que está exagerando. No le des importancia".

Mariana la observó un momento, luego asintió. "Conociendo a la gente de internet no me sorprende que sea otro loco más".

Elizabeth no podía dejar de pensar en los mensajes. La idea de que alguien quisiera hacerle daño la aterrorizaba. Finalmente, decidió hacer caso a las advertencias y retrasar su llegada al evento. Inventó una excusa cualquiera y Mariana, aunque extrañada, aceptó.

El teléfono de Elizabeth vibró insistentemente, interrumpiendo sus pensamientos. Era Richard, su productor. "Elizabeth, ¿dónde estás? ¡Tienes que llegar ya! Eres la estrella de la noche y todos te están esperando".

Elizabeth soltó una pequeña risa. Era ridículo estar tan nerviosa por un mensaje anónimo. Seguramente se trataba de algún fanático que quería llamar la atención. Con un suspiro, se levantó del asiento y se dirigió hacia la salida

Mientras caminaba hacia la salida, su teléfono volvió a sonar. Otro mensaje, esta vez más directo: "10 segundos. No te muevas cuando llegues".

Un escalofrío recorrió la nuca de Elizabeth, sin saber por qué, esos mensajes se le hacían familiares aunque no podía recordar con exactitud donde había leído algo así. Una sensación de Dejá Vu mezclada con la ansiedad le hacían confiar en los mensajes.

Al llegar a la alfombra roja, la multitud coreaba su nombre. Los flashes de las cámaras la cegaban momentáneamente. Justo cuando estaba a punto de posar para los fotógrafos, recordó el mensaje. Sin pensarlo dos veces, le hizo un gesto a su colega, una joven actriz que estaba a su lado, y le indicó que pasara primero.

Los diez segundos se sintieron como una eternidad. Elizabeth cerró los ojos con fuerza, esperando que todo fuera una pesadilla. De repente, un estruendo ensordecedor rompió la tranquilidad de la noche. Abrió los ojos de golpe y vio a su colega desplomada en el suelo, un charco de sangre expandiéndose a su alrededor.

El pánico se apoderó de Elizabeth. Los gritos de la multitud se mezclaban con el sonido de las sirenas. Su teléfono volvió a vibrar, pero esta vez no lo miró. Se quedó petrificada, observando el cuerpo sin vida de su amiga mientras la realidad de lo que había sucedido se hundía en ella.

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⏰ Última actualización: Oct 10 ⏰

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Tapis Rouge (Alfombra Roja)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora