Mingyu se sentó encima de su semental negro, Titán, mientras cabalgaba la propiedad. Era algo que le gustaba hacer. Las montañas de telón de fondo eran simplemente magníficas, le gustaba salir todos los días y sentir el viento en su piel y el sol en la cara.
Sólo tenían setenta hectáreas, pero la belleza arrebatadora de la tierra, las montañas cubiertas de nieve y los exuberantes campos verdes llamaban a Mingyu. Ya sea montando a Titan o vagando en su forma de oso, siempre sentía que había encontrado el lugar perfecto para llamar hogar.
Y ahora tenía una familia para mostrarles lo mucho que este lugar significaba para él.
―Creo que vas a hacer un padre fantástico ―dijo Jae mientras cabalgaba junto a Mingyu―. Lo estás haciendo genial con Jungwon.
Mingyu resopló. ―Wonwoo sigue mordiéndome por alimentar al pobre niño con dulces a la mañana. Él siempre dice algo acerca del subidón de azúcar. ¿Cómo se le pueden negar los dulces a un hombre?
Jae se rió entre dientes. ―Fácil, Jungwon todavía no es un hombre. Creo que Wonwoo tiene razón.
Eso podría ser así, pero era duro como el infierno decirle al niño que no cuando le ponía a Mingyu esos grandes ojos de cachorro. Todavía no podía creer que Wonwoo era su pareja, sin embargo. Eso lo emocionó sin fin y no podía dejar de querer estar cerca del hombre. En realidad, lo volvía loco cuando estaba a más de dos pies de distancia de Wonwoo, pero Mingyu sabía que no podía sofocar al hombre.
―¿Y tú? ―Le preguntó a Jae mientras dirigía a Titan hacia la pradera norte, donde un gran, desgastado granero seguía en pie. Él y sus amigos habían hablado de derribarlo, pero todos acordaron que apoyaba la historia en el lugar, dando una sensación de los días pasados―. ¿Te has preguntado si encontrarás a tu pareja y formaras una familia?
Jae miró hacia la distancia, cada vez más tranquilo. Aunque los cuatro amigos habían sido prácticamente inseparables toda su vida, Mingyu sabía que Jae tenía algunos oscuros secretos, secretos de los que nunca hablaba. Había momentos en el que chico desaparecía durante días enteros. Él nunca le dijo a nadie a dónde iba, pero siempre prometía volver.
Si alguien merecía un poco de felicidad, era Jeong Yun Oh. El hombre era demasiado serio, demasiado reservado, y necesitaba a alguien que pudiera traer de vuelta al shifter oso que Mingyu había conocido antes de los militares.
―Creo que será mejor que regrese ―dijo Jae, evitando la pregunta de Mingyu. Mingyu dejó caer el tema. Él no estaba dispuesto a forzar a Jae con una conversación.
―¿Crees que sea extraño que yo siempre haya querido una familia y ahora que tengo a Wonwoo y Jungwon, estoy cagado de miedo?
Era cierto. Sólo de pensar en Wonwoo dando a luz hacía que el estómago de Mingyu se atara en nudos. Soñar con tener una familia y criar a los niños en realidad eran dos cosas totalmente diferentes.
¿Y si él jodía esto? ¿Qué pasa si Jungwon y su hijo por nacer crecían para ser matones, drogadictos, delincuentes, miembros improductivos de la sociedad, o... Infiernos, la lista seguía y seguía. Mingyu había pensado en eso la noche anterior también. Todo lo que quería para sus hijos era que ellos crecieran e hicieran algo que amaban, que apreciaran las pequeñas cosas de la vida. Estaba empezando con esta cosa de la paternidad y ya podía sentir la acidez en su futuro. Quizás Wonwoo podría postergar dar a luz por otro año o diez.
¿Podría Jungwon quedarse de dos para siempre?
―¿Eso te preocupa? ―Jae preguntó y luego sonrió―. Vas a hacerlo muy bien, Mingyu. Eres natural con los niños.
―¿Eso crees?
―Claro ―respondió Jae―. Quiero decir, todavía eres un niño grande tu mismo.
―Muy divertido ―Mingyu refunfuñó, pero no se sintió ofendido. Él tendía a actuar un poco infantil. Pero, de nuevo, Mingyu no quería crecer, no del todo. Le gustaba divertirse y reír.
Sonrió de oreja a oreja cuando vio a Wonwoo en el porche trasero, con la mano frotando con un movimiento circular su vientre distendido. Wonwoo ahora estaba embarazado de dos meses y se le notaba. A la pareja de Mingyu ya no se le permitía ir a la ciudad. No habría ninguna forma de explicarles a los humanos que vivían en el Condado Oso cómo era posible que un hombre esté embarazado.
Esto lo ponía irritable como el infierno. Pero Mingyu hacía todo lo posible para mantener a su pareja ocupada.
―El Doctor llamó ―Wonwoo dijo después de que Mingyu había dejado a su caballo libre en el corral y se dirigió hacia la casa.
―¿Qué te dijo? ―Mingyu lo agarró tiró del hombre en sus brazos, lanzando un profundo suspiro de lo bien que se sentía al estar cerca de su pareja de nuevo.
―Él va a traer una máquina portátil de ultrasonido para comprobar al bebé. ―Mingyu se sentó en la silla de madera desgastada. Wonwoo se sentó en su regazo―. Eso significa que podemos averiguar lo que vamos a tener.
A Mingyu no le importaba. Mientras el cachorro estuviera sano, podríaser un niño o una niña. Pero Wonwoo estaba súper emocionado por averiguarlo. Era de todo lo que había hablado durante la semana pasada. Mingyu rodeó sus brazos alrededor de su pareja mientras observaba la puesta de sol.
Pero su tranquilidad no duró mucho. Oyó un vehículo entrando en el rancho. Mingyu palmeó la cadera de Wonwoo. ―Mejor ve adentro.
Entrecerró los ojos antes de que él se pusiera de pie. ―Realmente odio esta mierda de esconderme.
Mingyu agarró la muñeca de Wonwoo y tiró a su pareja de vuelta hacia él y le dio un suave beso en los labios. ―Sólo un mes más, cariño.
Wonwoo suspiró y luego entró. Mingyu caminó por el lado de la casa para ver el coche del sheriff. El sheriff Hong Jisoo estaba allí de pie hablando con Yugyeom. Tan pronto como Mingyu estaba a la vista, el sheriff se volvió, mirando a Mingyu de una manera que le dijo que no le iba a gustar esta visita.
―¿Qué está pasando? ―Preguntó Mingyu, la incómoda sensación asentándose en la boca del estómago.
―Mingyu. ―El sheriff Hong asintió―. ¿Puedes decirme dónde estabas hace dos noches?
Los ojos de Mingyu parpadearon a Yugyeom, pero su amigo tenía una expresión confusa en su rostro.
Rascándose la barbilla, Mingyu dijo ―Yo estuve aquí, en casa.
El sheriff Hong negó. ―¿Cuándo fue la última vez que hablaste con DaWon?
―¿DaWon?
―Sí. ―El sheriff asintió.
Mingyu se encogió de hombros. ―Hace unas semanas, ¿por qué?
―DaWon fue encontrado muerto en su remolque con un disparo de escopeta en el pecho. Alguien dijo que te vio salir huyendo momentos después de que se oyó el disparo.
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El Amor de mi Vaquero ▪︎『MW』
FanfictionAdp. ▪︎Contenido explícito ▪︎Contenido +18 ▪︎M-Preg ▪︎Sifhters 》Adaptación sin fines de lucro.