Prologó

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La tarde era húmeda y calurosa aun en el bosque, y ni hablar de los infernales mosquitos que los rodeaban por completo deseando darse un festín, pero aun así era más refrescante estar aquí que dentro de la casa o trabajar debajo del ardiente sol

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La tarde era húmeda y calurosa aun en el bosque, y ni hablar de los infernales mosquitos que los rodeaban por completo deseando darse un festín, pero aun así era más refrescante estar aquí que dentro de la casa o trabajar debajo del ardiente sol. Le hubiera gustado traer a Demian pero era un peligro traer a niños aún más pequeños al bosque, sobre todo sin supervisión, y mira que dos niños de 11 y 12 años no eran aún mejor, pero nadie les podía decir algo.
Oliver; el más grande de ellos, buscaba algo que poder llevar a casa para la noche, en específico una planta que pudiera aliviar el hambre que su madre había guardado en silencio para no alarmar a su hijo, pero aun con el intento, seguía siendo obvio en el rostro de ella, en sus ojeras tan marcadas al igual que los resaltados y marcados pómulos que ahora tenia, pues el padre de él, había muerto cuando el tenía apenas 2 años de nacido, por una enfermedad que lo ataco de repente y sin síntomas que pudieran darles una señal, no lo recordaba pero por las anécdotas que contaba su abuelo y su madre podía decir que le hubiera encantado conocerlo, pero el mundo puede ser cruel pero a la vez benevolente.

Su abuelo se había encargado cuidarlos, alimentándolos con los que lograba cazar y recolectar dentro del bosque. Antes de enfermar y tener que descansar pues ya era una persona mayor, le enseño todo lo que pudo para que cuando fuera el momento, el mismo pudiera cuidar de él y de su madre, y en un futuro, de su propia familia, para que así, todos los conocimientos pasaran de generación en generación.

Pero ahora mismo estaba siendo todo más difícil, pues, aunque su abuelo estuviera en cama, él aun podía pedirle algún consejo o que le volviera a explicar con mayor precisión todo, pero cuando el murió, le toco volver a aprender e intentar recordar algunos detalles sobre la marcha.

—Me hubiera gustado tener una mejor memoria para todo esto, o que por lo menos se me hubiera ocurrido escribir todo lo que mi abuelo decía en una libreta.

Dijo dejándose caer en una de las grandes rocas que estaban a un costado del rio, rindiéndose, mientras que la pequeña niña buscaba algo dentro del rio unos pasos atrás de Oliver.

—¿Sabes? Si hubieras aprendido todo lo de tu abuelo, como la canción que jamás dejas de tararear, tendríamos algo que llevar para tu mamá y para Nana.

El solo miro mal a su compañera mientras que ella le sacaba la lengua en modo de respuesta. Volviendo a ponerse de pie y tomando rumbo hacia el lago.

—Creo que si logramos avanzar en dirección contraria hacia el rio, podríamos ir al lago e intentar pescar algo o encontrar algunas plantas.

—¿Y si sabes pescar o también se te olvido?

— Claro que sé pescar, pero tendríamos que improvisar algo para hacerlo.

—¿Qué paso con los instrumentos de tu abuelo?

—El los oculto, no me dijo en dónde y ahora que no está, se perdieron por el bosque.

—Y... ¿Falta mucho?

El solo paro de golpe y se giró sobre sus talones para mirarla con una sonrisa fingida y apretando los dientes. Tratando de no perder la paciencia.

—Estás haciendo que me arrepienta de pedirte ayuda Eli.

La niña solo lo miro de mala forma de nuevo. — Mira, me siento halagada de que me trajeras y sobre todo me enseñes a la vez que yo te ayudo. Pero, en primer lugar, ¿por qué a mí?

—Porque nadie más de nuestro grupo, o de nuestra edad sería tan valiente o estúpido para romper varias de las normas del distrito que estamos incumpliendo ahora mismo; aunque dudo que incluso alguien mayor lo hubiera hecho.

—Me quedo con lo de "valiente", gracias. — dijo ella con una gran sonrisa mostrando los dientes y achinando sus ojos.

—Exacto. Además, planeo invitar a Sam, cuando tenga mejor práctica claro, tal vez poder llevarle algún conejo o ¿qué tal bayas? Lo que ella desee del bosque, quizá la invite y prepare algún picnic frente al lago.

Un chico con un amor adolescente, que había tenido por Sam; una chica con la que compartía salón en el colegio, y quién había sido realmente amable con él, pues después de la muerte de su padre ella compartía un poco de su comida durante el receso. Todo esto mientras hacía ademanes con sus manos y una gran sonrisa imaginando el escenario junto a ella.

—Andando, aun falta para llegar al lago.

—Andando, aun falta para llegar al lago

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𝕾𝖎𝖌𝖓 𝖔𝖋 𝖙𝖍𝖊 𝕿𝖎𝖒𝖊𝖘 | Finnick OdairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora